La Iglesia recalca que el Sínodo 2015 no va a cambiar su doctrina de siempre

    • "Si estáis esperando un cambio espectacular de la doctrina, os vais a desilusionar", ha dicho el presidente del sínodo a los periodistas.
    • El papa Francisco pide a los obispos que hablen con libertad, pero sin perder de vista que la última decisión no les corresponde a ellos.
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"El sínodo no es un Parlamento donde negociar", ha puntualizado el papa Francisco, sino una oportunidad para "leer la realidad a ojos de la fe".

¿Qué significa, a efectos prácticos, este "leer la realidad a ojos de la fe"?

La Iglesia Católica no va a modificar su concepto sobre la homosexualidad, el aborto o el divorcio. Pero sí desea reflexionar sobre la mejor forma de atender espiritualmente a homosexuales, personas divorciadas que se han vuelto a casar o mujeres que han abortado.

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Los 270 obispos reunidos en Roma también quieren abordar otras realidades poco frecuentes en Europa, pero cotidianas en otros continentes como África o Asia, donde el catolicismo experimenta un fuerte crecimiento. Hablamos de temas como la poligamia o el matrimonio de católicos con personas de otras religiones.

"La voz de los obispos africanos ha sido bastante fuerte", ha reconocido en rueda de prensa el cardenal Peter Erdö, relator del sínodo, que han expuesto "las exigencias específicas de su continente".La verdad y las modas pasajeras

El papa Francisco, en su intervención de apertura del Sínodo, ha pedido a los obispos que expresen sus opiniones "con franqueza". Pero que no se equivoquen: el objetivo de la reunión episcopal "no es alcanzar pactos o compromisos, sino de abrirse al Espíritu Santo (...) para leer la realidad desde los ojos de la fe".

Reitera así el sentido que ya expresó en su homilía de la misa de apertura del Sínodo. Este domingo Francisco recordó que "la verdad no cambia según modas pasajeras u opiniones dominantes". A la vez, remarcó que "una iglesia con las puertas cerradas se traiciona a sí misma y a su misión, en lugar de puente se convierte en barrera".

El presidente delegado del sínodo, el cardenal francés André Vingt-Trois, ha echado un jarro de agua fría sobre las expectativas poco fundamentadas de algunos medios de comunicación: "Si estáis esperando un cambio espectacular de la doctrina, os vais a desilusionar", han advertido a periodistas. Lo que se trata, según Ving-Trois es convertir a la familia en el centro de la pastoral.La dignidad de los homosexuales

La Iglesia lo tiene muy claro: el cristianismo crece con más facilidad en las sociedades con un sólido concepto de la familia, entendiendo por tal la de un hombre y una mujer se comprometen a amarse durante toda la vida y que están abiertos a tener descendencia.

¿Significa eso que la Iglesia vuelve a la espalda a otras realidades presentes en el mundo, como la poligamia, las familias monoparentales, las uniones de hecho u homosexuales? En absoluto.

El cardenal Erdö ha subrayado este lunes que las personas homosexuales deben ser acogidas "con respeto y delicadeza". La Iglesia debe respetar la dignidad de cada personas, "independientemente de su tendencia sexual", asegura el relator del sínodo. Pero al mismo tiempo, descarta cualquier similitud desde el punto de vista sacramental "entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios para la familia".

El sínodo no va a cambiar la postura de la Iglesia sobre las personas divorciadas. El papa ya recordó que no eran en absoluto personas excomulgadas (apartadas de la Iglesia). La Iglesia quiere que los divorciados que han vuelto a casarse con otra pareja no dejen de ir a misa, pero recuerda que no deben acercarse a recibir la comunión.

(Te interesa leer: Divorciados, homosexuales, separados... ¿qué considera la Iglesia 'situación de irregularidad canónica'?Aborto, eutanasia y crisis económica

Por lo demás, la Iglesia se reafirma en sus posturas sobre la vida humana, que considera sagrada desde el instante de su concepción (es decir, que no admite el aborto provocado, la fecundación 'in vitro' o la manipulación genética) hasta su término natural (rechazado cualquier tipo de eutanasia provocada).

Más novedoso es el acento que pone el sínodo en los aspectos económicos que están golpeando a muchas familias: "En muchas partes del mundo los sueldos son tan bajos que se hace imposible crear una familia", ha afirmado el cardenal Erdö.

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