"Hemos conseguido que la pena de muerte sea conmutada", anunció a la prensa el viceministro de Relaciones Exteriores Harsha de Silva, añadiendo que la mujer debería en su lugar cumplir "una pena corta de prisión".
El viceministro agradeció a las autoridades saudíes su "comprensión".
La mujer, una madre de familia de 45 años, fue condenada por adulterio en agosto a muerte por lapidación mientras que un esrilanqués no casado fue condenado a 100 latigazos en el mismo caso.
Los parlamentarios de Sri Lanka instaron al gobierno a pedir clemencia para la mujer y el indulto para el hombre. Varios de ellos pidieron también que la mujer a partir de ahora ya no pueda trabajar en Arabia Saudí.
En 2013, Sri Lanka retiró a su embajador en Riad por protestar contra la decapitación de una empleada del hogar esrilanquesa reconocida culpable de la muerte de un niño cuando ella sólo tenía 17 años.
Asesinato, violación, robo a mano armada, apostasía y tráfico de droga son delitos condenables a pena capital en Arabia Saudí, país regido por una versión rigorista de la sharia (ley islámica).
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