Madrid, 21 ago.- Después de la enorme tormenta que no frenó la vigilia de Cuatro Vientos ha comenzado una gran fiesta entre la multitud de jóvenes presentes en el aeródromo.
Aún mojados y bajo las últimas gotas de lluvia, que cesaron sobre las 23.30, más de un millón de jóvenes transitan las calles del aeródromo cantando y bailando al ritmo de guitarras, tambores y panderetas.
Muchas personas abandonaron el recinto tras la vigilia debido a la lluvia y a la incomodidad de que "haya tanta gente aquí masificada", como explicó a Efe una religiosa, que ha abandonado el recinto junto a un grupo de unos 60 jóvenes.
Otros muchos que esperaban a las puertas del recinto han entrado en él una vez terminada la vigilia a pesar de que las parcelas habilitadas para pernoctar están abarrotadas.
Así, las calles y las entradas a las carpas, destinadas a capillas o bares, también han sido ocupadas por peregrinos para dormir en ellas.
La noche transcurre entre oraciones multitudinarias, refrescos en los bares y ríos de gente circulando ininterrumpidamente por todos los rincones del aeródromo.
A pesar de todo algunos pretenden descansar y duermen tumbados en sus sacos de dormir en medio del jolgorio general.
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