La OMS denuncia que los servicios de salud están usando mal los antibióticos

    • Los servicios de salud de todo el mundo no actúan suficientemente contra el mal uso de antibióticos, lo que favorece la resistencia a los medicamentos.
    • Un gran estudio sobre la respuesta de los países a la resistencia animicrobiana, la OMS advierte grandes diferencias en distintas partes del mundo.
Alternar los antibióticos podría convertir en vencibles las bacterias resistentes a estos fármacos
Alternar los antibióticos podría convertir en vencibles las bacterias resistentes a estos fármacos
M.R.

Los servicios de salud de todo el mundo no actúan suficientemente contra el mal uso de antibióticos, lo que favorece la resistencia a los medicamentos y la muerte causada por enfermedades crónicas, advirtió el miércoles la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En su primer estudio sobre la respuesta de los países a la resistencia antimicrobiana -el hecho de que los microbios se hagan insensibles a los medicamentos-, la OMS subraya que hay "grandes diferencias" entre las distintas regiones del mundo.

"Se trata del único y mayor desafío de las enfermedades infecciosas hoy en día", consideró el doctor Keiji Fukuda, asistente del director general para la seguridad de la salud.

"Todos los tipos de microbios, incluyendo numerosos virus y parásitos, se hacen resistentes a los medicamentos", explicó, y expresó su preocupación por las "bacterias que cada vez son menos tratables con los antibióticos disponibles".Muertes por heridas ligeras

La OMS ya advirtió el año pasado sobre este tema y consideró que se estaba avanzando hacia una "época posantibiótica" donde se podrá morir por enfermedades banales o por heridas ligeras.

La organización llevó a cabo en 133 países un estudio sobre la respuesta a la resistencia a medicamentos antimicrobianos para tratar la neumonía, la tuberculosis, la malaria y el virus VIH.

Sólo 34 de los 133 países han puesto en marcha políticas para luchar contra la resistencia a los antibióticos. Uno de los problemas es la venta libre de antibióticos sin receta, todavía muy extendida en el mundo.

La falsificación y los medicamentos de mala calidad son también una causa de estos problemas, como los medicamentos que no contienen la cantidad suficiente de componentes activos.

"La situación es alarmante", advierte el informe, que avisa que la gente no es consciente de estos problemas y que sigue creyendo que los antibióticos pueden utilizarse contra las infecciones virales, cuando no es así.Resistencia a los carbapenémicos

Así, la resistencia a los antibióticos carbapenémicos, último recurso terapéutico para las infecciones potencialmente mortales por Klebsiella pneumoniae (una bacteria intestinal común) se ha extendido a todas las regiones del mundo. También se ha hecho resistente la bacteria K. pneumoniae, que causa importante infecciones nosocomiales, como las neumonías, las septicemias o las infecciones de los recién nacidos y los pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos. Esa resistencia hace que en algunos países los antibióticos carbapenémicos ya no sean eficaces en más de la mitad de las personas con infecciones por K. pneumoniae.

Los datos recogidos indican que en algunos países el antibiótico recetado para contrarrestar infecciones por Klebsiella pneumoniae "ya no son eficaces en más de la mitad de las personas" a las que se le administra el medicamento.

También se ha detectado una amplia resistencia a las fluoroquinolonas, uno de los fármacos antibacterianos más prescritos para el tratamiento de infecciones urinarias por E. coli, hasta el punto de que está resultando ineficaz en más de la mitad de los pacientes en diferentes países.

Respecto a la gorronea, enfermedad que cada día contrae un millón de personas en el mundo, en países como Austria, Francia, Reino Unido y Sudáfrica se ha confirmado el fracaso de su tratamiento con cefalosporinas, un medicamento de última generación después del cual no hay más alternativas médicas.

En general, la resistencia a los antibióticos se ha convertido en una realidad que puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, de acuerdo con el estudio. Solo en EEUU 23.000 personas mueren al año por esta causa.¿Por qué se necesita receta para comprarlos?

Si consideramos a los antibióticos como fármacos muy eficaces y carentes de efectos secundarios podríamos eliminar la obligatoriedad de las recetas. Pero no es así. Las prisas, la falta de tiempo hace que muchas veces no acudamos al centro de salud a visitar a nuestro médico de familia o pediatra (en el caso de nuestros hijos) y decidamos poner en práctica un tratamiento antibiótico, es decir nos automedicamos.

Este acto no es prudente ni aconsejable, es más, indica un mal uso de los antibióticos y como consecuencia lleva a un aumento de resistencias de las bacterias a estos compuestos. Antes de actuar de forma irresponsable deberíamos disponer de una mejor información sobre los medicamentos en general y sobre las consecuencias negativas que en ocasiones estos pueden ocasionar en nuestra salud.

La prescripción de un antibiótico es dominio del médico por varias razones. El antibiótico tiene una serie de propiedades microbiológicas, farmacológicas y toxicológicas así como indicaciones que podemos encontrar en las fichas técnicas de los mismos o prospectos que se acompañan en el envase. La duración del tratamiento, la posología y la vía de administración dependen del origen, tipo y gravedad de la infección y de la respuesta.Finalidad de curar o prevenir

Cuando un médico tras establecer el diagnóstico del problema de salud por el que acude un paciente a su consulta y considera necesario la administración de un antibiótico para el tratamiento de una enfermedad, lo hace con la finalidad de curar, o de prevenir complicaciones y tendrá en cuenta todas estas propiedades citadas. Primero sospecha del microorganismo responsable del proceso patológico y de su sensibilidad actual o ya le es conocido por tener el resultado microbiológico y aplicará la política de antibióticos de su zona o localidad las cuales suelen limitar el uso de los antibióticos, con el objeto de conseguir una cobertura adecuada, evitar o disminuir la aparición de resistencias bacterianas y conseguir un coste moderado.

Conoce las características del paciente como edad, antecedentes de alergia al fármaco, la gravedad de la infección, la toma de otros medicamentos que puedan interferir, el estado inmunitario, la función hepática y renal, la capacidad de tolerar la medicación, entre otros, que le ayudaran a establecer la dosis a emplear, la vía de administración y la duración del tratamiento evitando así los fracasos terapéuticos.

Por ejemplo una dosis insuficiente favorecería las resistencias bacterianas, y por el contrario una dosis excesiva la toxicidad del antibiótico. Ante infecciones graves potencialmente mortales escogería la vía intravenosa, y la duración estará en relación con la naturaleza de la infección y la respuesta de la misma. La prolongación indebida fomenta la aparición de resistencias, efectos adversos y mayores costes económicos.

El médico sabe que las infecciones virales no responden al uso de antibióticos convencionales, aunque estos ayuden a veces a controlar las sobreinfecciones bacterianas. Por eso sospechará de un cuadro viral o alérgico, que no necesitará antibióticos ante un dolor de garganta que se acompañe de conjuntivitis, rinitis, tos, ronquera, en un paciente de menos de 3 años o superior a 20 años, y durante la estación del verano o principios del otoño y por tanto no los recetará. Tampoco lo hará ante una febrícula de origen desconocido sin realizar un estudio microbiológico con el correspondiente antibiograma ya que puede aumentar las dificultades del diagnóstico.

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