La ONU estudia cómo financiar los 15.000 millones de dólares que se necesitan para resolver las crisis humanitarias. En dicha investigación de las fuentes de financiación para sus operaciones de ayuda propone un impuesto que el ciudadano pagará de manera voluntaria al comprar entradas de fútbol o conciertos y el billete de vuelo.
El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon presentó el informe- que será un tema clave de debate en la Cumbre Mundial Humanitario en Estambul en mayo- sobre la financiación humanitaria durante una visita a Dubai.Dos tercios de toda la ayuda humanitaria pública proviene de cinco países
Además de invertir en la prevención de conflictos y de ampliar el círculo de donantes, debido a que sólo cinco países proporcionan dos tercios de toda la ayuda humanitaria pública, la ONU sugiere el "impuesto solidario" como medida para costear las necesidades de las crisis humanitarias.
El nuevo impuesto sigue el modelo de UNITAID, una organización no gubernamental que persuadió a 10 países para imponer un pequeño impuesto sobre los billetes de avión con el objetivo de generar fondos para combatir la malaria y el SIDA. El impuesto a los viajes en avión o el combustible podría ayudar a cubrir los servicios médicos en campos de refugiados o en áreas de alojamiento de civiles desplazados, según el informe.La 'lismosna obligatoria' musulmana podría contribuir a resolver crisis humanitarias
El informe advierte de la necesidad de mejorar la transparencia de las operaciones de ayuda para reducir costes y recomienda aprovechar la 'limosna obligatoria' del islam (zakat). Estas donaciones ascienden a una cifra que oscilan entre 232.000 millones y 560.000 millones de dólares anuales. Se estima que solo el 1% del 'zakat' supondría una enorme diferencia en torno a la financiación humanitaria.
Los gravámenes propuestos se impondrían a través de grandes corporaciones, empresas de entretenimiento, con la ayuda de grupos como la FIFA.El déficit en la financiación humanitaria, una de las causas del éxodo de refugiados
Los nueve expertos que redactan el informe aseguran que el aumento de guerras y desastres naturales en la última década repercutieron en la subida del presupuesto de la ONU destinado a ayuda de 2.000 millones de dólares en el año 2000 a 24.500 millones en 2015.
El año pasado, un déficit en la financiación obligó a agencias de la ONU a reducir las raciones de alimentos a 1,6 millones de sirios que viven en campos de refugiados, lo que se considera en gran medida causa del éxodo masivo de refugiados hacia Europa.
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