La organización de gao ping llegó a traficar con ketamina


La trama mafiosa presuntamente liderada por el magnate chino Gao Ping amplió sus negocios delictivos más allá de la venta en negro de productos de ‘todo a cien’ y llegó a recurrir, según la investigación judicial, a la prostitución y al tráfico de diversas drogas, incluida la peligrosa Ketamina, un anestésico que se emplea generalmente para los caballos.

El sumario del ‘caso Emperador’, al que ha tenido acceso Servimedia, refleja estas prácticas de narcotráfico. En él se recoge un informe en el que la Comisaría General de la Policía Judicial alerta de que la organización está “directamente” relacionada con “la inmigración ilegal, la prostitución, la extorsión a empresarios de procedencia china, así como el tráfico y consumo de sustancias estupefacientes, más concretamente, de la denominada ‘Ketamina’”.
El informe, dirigido a las autoridades judiciales, explica que la Ketamina es “un anestésico de uso veterinario cuyo uso es cada vez mayor en los países de Europa, particularmente en nuestro país, debido a su alta rentabilidad”. Estas prácticas fueron descubiertas gracias a la denuncia anónima realizada en enero de 2011 por uno de los trabajadores de las empresas de la trama.
La denuncia fue realizada a través de un correo electrónico remitido al Ayuntamiento de Fuenlabrada, localidad en la que se encuentra Cobo Calleja, centro de operaciones de la red de Ping. En ella se alertaba, entre otras prácticas, de los fraudes fiscales y de la explotación de trabajadores que se realizaban en las empresas de la trama.
La investigación policial pudo determinar que uno de los centro neurálgicos del tráfico de drogas era el restaurante ‘Shangrilá’, ubicado Leganés (Madrid). “Las informaciones recibidas señalan que el mencionado restaurante es un punto importante de reunión de ciudadanos chinos que compran y consumen sustancias estupefacientes en su interior, así como actividades vinculadas con la prostitución”, señala otro informe policial antes de subrayar que el local “llega incluso a cerrarse al público y queda reservado para ciudadanos chinos exclusivamente”.
Los informes también revelan que los usuarios del Restaurante llegaron a “increpar e incluso a amenazar con golpear” a dos agentes de la Policía Nacional que acudieron a inspeccionar el restaurante en diciembre de 2010.

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