La prohibición de la bollería en los colegios no convence ni a la industria ni a los profesores

  • El Ministerio de Sanidad llegó el martes a un acuerdo con las comunidades autónomas para limitar la venta de productos con bajo contenido nutritivo en los centros educativos. Una iniciativa que ha sido muy bien vista por todas las regiones pero que cuenta con algunas voces críticas.
Acuerdo para limitar la bollería y refrescos en los colegios
Acuerdo para limitar la bollería y refrescos en los colegios
José Manuel Blanco

El miércoles por la tarde, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, la reunión del Ministerio de Sanidad con los consejeros del ramo de las comunidades autónomas, dio por buenas el paquete de recomendaciones que el equipo de Trinidad Jiménez había propuesto para retirar los productos de bollería industrial y los refrescos de los centros educativos. La iniciativa desarrolla la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición.

Lo que se pretende es prohibir "la venta de alimentos con un alto contenido en ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans, sal y azúcares sencillos, ya sea mediante máquinas expendedoras o en cantinas, bares o locales similares situados en el interior de los centros escolares". La regulación incide en chucherías, bollería y refrescos que superen unos índices que adelantó el director de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Roberto Sabrido, en Radio 5, horas antes de la reunión.

Según Sabrido, se prohibirá la venta de aquellos bollos envasados que superen las 200 kilocalorías, los que tengan más de un 35 por ciento de grasas y de éstas más de un 10 por ciento no pueden ser saturadas. Así mismo, se prohibirán los dulces que tengan más de un 30 por ciento de azúcares (salvo en frutas, zumos o productos lácteos, algo que después añadiría la ministra de Sanidad) o que sobrepasen los 0,5 gramos de sal. Además, dijo que las recomendaciones también incluyen la potenciación de la actividad física y de los hábitos alimenticios saludables.Las comunidades se comprometen a realizar un seguimiento de los centros para comprobar que velan las normas. Algunas han querido ir más allá después del consenso. Así, la consejera de Sanidad de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, se ha comprometido a que a partir del próximo curso su departamento revisará los menús de los centros escolares junto a la consejería de Educación.

La intención de Trinidad Jiménez es mejorar la salud y los hábitos alimenticios de los niños y atajar las cifras de obesidad infantil. Pero nunca llueve a gusto de todos. Mientras las asociaciones de padres se muestran "favorables" a la idea, la industria alimentaria ha mostrado sus reticencias ante una propuesta todavía vaga.

"Lo que queremos para nuestros hijos es la mejor alimentación"


Pedro Rascón,presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (CEAPA), ha expresado que desde la organización se muestran "completamente favorables" a la normativa. CEAPA, según cuenta Rascón, ha colaborado activamente con las administraciones para mejorar la alimentación de los niños.  "Lo que queremos para nuestros hijos es la mejor alimentación", ha añadido Rascón, que ha afirmado que "lo básico" de las recomendaciones "está" en el texto que se dará a conocer esta tarde.

"Lo importante es una dieta equilibrada y actividad física regular"

La Federación Española de Industrias de la Alimentación y de Bebidas (FIAB) hizo pública una nota de prensa nada más aprobarse las recomendaciones. Para ellos, "este tipo de medidas prohibicionistas y unilaterales dejan sin resolver un problema tan importante para la sociedad como es la obesidad infantil. Además, contradicen a la comunidad científica que, desde hace años, considera que éste es un problema multifactorial en el que la educación, la alimentación y la promoción de la actividad física son igual de importantes".

El pasado viernes, Roberto Sabrido tuvo que matizar, a raíz de otro comunicado de la FIAB, que sólo se prohibirá la venta en los centros educativos de aquellos que sobrepasen "unos determinados límites" y que se hace pensando "en nuestros hijos". Más tarde, tras el Consejo Interterritorial, Trinidad Jiménez añadió que "se trata de no facilitar el consumo de ese tipo de alimento, no se trata tanto de prohibirlo, sino de no facilitarlo".

"Puede ser más deseable un bollicao al convertirlo en mítico"


Carmen Guaita, del sindicato de profesores ANPE, opina que las nuevas medidas aprobadas son"irrelevantes". Para ella, no tiene sentido si los escolares pueden traerse los productos prohibidos desde casa: "La prohibición por la prohibición no solucionada nada si falta la educación". Para Guaita, hace falta "una intervención educativa real", tanto de la familia como del centro educativo, por lo que habría que apostar también por educar a los padres en hábitos saludables y que estos se los transmitan a sus hijos. Si no, "un bollicao" se puede convertir en "mítico" y "más deseable". Además, apuesta por "una prohibición total" de la venta de estos productos

Un estudio concluyó que no había relación entre los refrescos azucarados y la obesidad

En febrero de 2009 se publicó un estudio que aseguraba que el consumo de refrescos azucarados (uno de los productos que se prohibirían en los centros educativos) no guardaba relación con el aumento de peso en los jóvenes españoles. Para los investigadores, del Centro Superior de Investigaciones Científicas y de varias universidades españolas, "los patrones y hábitos dietarios, así como los factores de estilo de vida y la actividad física deberían tenerse en cuenta" a la hora de combatir la obesidad infantil.

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