La reproducción y la salud humana en manos de Bruselas

    • La periodista Sthepane Horel presenta su libro "Intoxication", una crítica a las autoridades europeas y a cómo permiten que sustancias peligrosas se encuentren en nuestro día a día.
    • El consumo de disruptores endocrinos ha sido relacionado con enfermedades como el cáncer o la disminución de esperma.
Intoxication, el nuevo libro de Stephane Horel que denuncia cómo los grupos de presión y las grandes industrias presionan las decisiones políticas
Intoxication, el nuevo libro de Stephane Horel que denuncia cómo los grupos de presión y las grandes industrias presionan las decisiones políticas

"Esta es la historia que muestra la influencia que tiene el poder sobre vuestra vida, vuestro desayuno, los testículos de vuestros hijos, el cerebro de vuestra sobrina", así se ha presentado hoy "Intoxication", Intoxicación, el nuevo libro de Stephane Horel, según publicaba Libération.

Stephane Horel, periodista y documentalista independiente, explora cómo influyen los grupos de presión y los conflictos de intereses en las decisiones políticas. Con "Intoxicación" Horel quiere mostrar como productos que se ha demostrado que son tóxicos para la salud se siguen vendiendo en nuestro país. Horel denuncia la presencia de productos químicos, denominados disruptores endocrinos, en pesticidas, pinturas, chanclas, en el champú, en la lasaña...

En 2009, la Comunidad Europea puso en marcha un reglamento para controlar esta sustancia química o incluso, prohibirla. Sin embargo, 6 años después esta sustancia, que se ha demostrado que es tóxica para el organismo, sigue apareciendo en nuestro día a día. Y no solo eso, sino que el cuidado de la salud y otros gastos como consecuencia de la exposición a este tipo de productos químicos se estima que le cuesta a Europa unos 157,000 millones de euros al año.

Los datos son abrumadores, distintos estudios recogen como la calidad del esperma ha caído en 50 años a la mitad, el número de víctimas que sufren diabetes se ha duplicado en 20 años en los países desarrollados o el aumento de enfermos de cáncer. La comunidad científica cree que el consumo en el día a día de estos disruptores endocrinos tienen mucho que ver, pero la ausencia de estudios epidemológicos concluyentes frena las medidas legales.Las grandes industrias químicas se sienten en peligro

Cada vez son más los estudios científicos que vinculan los disruptores endocrinos con problemas para la salud y cada vez son más las grandes marcas como Heinz o el gigante empresarial ConAgra que anuncian la retirada de estas sustancias químicas de sus productos. Sin ir más lejos, España muestra un alto interés en eliminar de sus productos las sustancías tóxicas, aunque todavía hay reticencia por parte de algunas compañías a la hora de tener que mostrar todos los compuestos utilizados en su productos.¿Qué son los disruptores endocrinos?

Se trata de una sustancia química capaz de alterar el equilibrio hormonal de los organismos de una especie, de ahí que también sea conocido como disruptor hormonal. Su uso puede generar la interrupción de algunos procesos fisiológicos que se encuentran controlados por el sistema hormonal como el alterar el estado de ánimo. Los disruptores endocrinos pueden actuar sobre gran diversidad de organismos pese a ser consumidos en bajas dosis.

De igual modo, podemos encontrarlos en numerosos productos de nuestro día a día. Un ejemplo de disruptor endocrino común es el bisfenol A, que entre otras cosas se utililza para la fabricación de plásticos de envases, recipientes o latas de comida. El bisfenol A ha sido estudiado por la comunidad científica y numerosos estudios lo relacionan con el cáncer de páncreas. Sin embargo, hasta la fecha no hay pruebas concluyentes lo que genera una controversia respecto al uso de este compuesto. Grandes marcas como Nestle o General Mills ya han anunciado que retirarán el compuesto de sus productos.

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