La sanidad publica debe tratar a todos pacientes tuberculosos sin discriminar

  • Alberto María García-Zamalloa, de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), ha advertido hoy de que, para luchar con eficacia contra la tuberculosis, la sanidad pública debe garantizar el tratamiento a "todos" los pacientes diagnosticados "con independencia de su origen o situación económica".

Bilbao, 11 may.- Alberto María García-Zamalloa, de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), ha advertido hoy de que, para luchar con eficacia contra la tuberculosis, la sanidad pública debe garantizar el tratamiento a "todos" los pacientes diagnosticados "con independencia de su origen o situación económica".

"Cada enfermo de tuberculosis activa sin tratamiento puede llegar a infectar a 10 o 15 personas", ha destacado durante su intervención en el congreso de la Seimc, que comenzó el pasado miércoles en Bilbao y finaliza hoy, según han informado los organizadores en un comunicado.

Para evitar los contagios, el también presidente del Grupo de Estudio de Infecciones por Microbacterias (Geim) ha considerado "importante" que la sanidad pública disponga "para todos los casos" de los medios diagnósticos necesarios y del tratamiento oportuno.

Ha añadido que la sanidad pública también debe hacer "correctamente" el estudio de contactos del paciente para encontrar posibles enfermos y evitar que los infectados desarrollen la enfermedad.

Según ha dicho, "sin un compromiso político e institucional es muy difícil luchar con eficacia contra esta enfermedad".

En España, la tasa de incidencia de la tuberculosis en 2011 fue de dieciséis casos por 100.000 habitantes, lo que supone una reducción respecto a los veinte casos que se registraban en la década de los noventa del siglo pasado, según la misma fuente.

La tuberculosis infecta a un tercio de la población mundial, de la cual entre un 5 y un 10 por ciento desarrollará la enfermedad.

La bacteria que la causa se transmite por vía aérea, a través de la tos, el estornudo o al hablar, y afecta principalmente a los pulmones, aunque puede causar lesiones a cualquier órgano o tejido.

Los síntomas más frecuentes son tos con expectoración con sangre, fiebre, sudoración nocturna, falta de apetito y pérdida de peso.

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