La supervivencia de las familias inmigradas se feminiza ante la crisis

  • La crisis está haciendo regresar a sus países de origen a muchos hombres, pero sus esposas se quedan en España con lo que estas mujeres, triplemente discriminadas por ser mujeres, inmigrantes y pobres, buscan salidas a su situación consagrando una "feminización de la supervivencia" de sus familias.

Barcelona, 11 feb.- La crisis está haciendo regresar a sus países de origen a muchos hombres, pero sus esposas se quedan en España con lo que estas mujeres, triplemente discriminadas por ser mujeres, inmigrantes y pobres, buscan salidas a su situación consagrando una "feminización de la supervivencia" de sus familias.

Esta es una de las conclusiones del primer Congreso Internacional Femigra, "Feminismo y Migración. Intervención social y acción política", que concluye hoy en Barcelona y que durante tres días ha reunido a más de 250 representantes del mundo académico y de movimientos sociales procedentes de Europa, América Latina y África.

Los especialistas han constatado que en épocas de crisis aumenta la discriminación y se construyen nuevos imaginarios sobre las personas inmigradas y que las mujeres no sólo padecen por ser mujeres sino que sufren una triple discriminación por ser además inmigrantes y pobres, ha destacado la doctora en Antropología Social de la Universidad de Granada, Carmen Gregorio Gil.

Su colega de la Universidad de Barcelona, la también profesora de Antropología, Dolores Juliano, ha destacado que pese a esta victimización, las mujeres inmigradas demuestran una gran fortaleza.

Juliano ha destacado que la crisis ha abierto nuevas posibilidades "que permiten a la población más desfavorecida, especialmente a las mujeres, reinventarse, manteniendo lo que habían conseguido", y ahora existe una feminización de la supervivencia, aunque sea a costa de más sacrificios.

Las mujeres inmigradas están buscando soluciones a una crisis que les afecta especialmente. Buscan capacitación y, las que lo tienen, el reconocimiento de las titulaciones que tenían en sus países de origen, promueven su movilidad laboral, diversifican su oferta y disminuyen sus exigencias de las condiciones de trabajo.

Los especialistas han asegurado que en estos momentos las mujeres inmigradas son las que sostienen económicamente las familias, ya que el paro afecta mayoritariamente a los hombres, lo que ha provocado un retorno de los hombres a sus países de origen mientras las mujeres continúan en el país de acogida.

En una de las ponencias del congreso se ha puesto de manifiesto la importancia del asociacionismo.

La presidenta de la Asociación de Mujeres Africanas E-Waiso Ipola, Remei Sipi, ha pedido: "entre las mismas mujeres evitemos discriminaciones" y ha propuesto: "dejar que las mujeres inmigrantes seamos objeto de análisis para pasar a formar parte del sujeto de análisis".

Sipi ha destacado la responsabilidad de las asociaciones de mujeres inmigrantes "en el diseño de una integración, sin controversia y permeable, a una sociedad de acogida, una integración que hable de compartir y no de competir".

Algunos de los ponentes han criticado la normativa de extranjería porque han asegurado que está pensada desde una perspectiva masculina.

En este sentido, han denunciado que la obtención de la residencia legal depende de un contrato de trabajo y la mayoría de las mujeres trabajan en el sector servicios, muchas en tareas de limpieza de hogar o acompañamiento de personas mayores, donde los contratos son prácticamente inexistentes.

En el congreso, que finaliza hoy en el espacio Francesca Bonnemaison de Barcelona, se han presentado un centenar de comunicaciones sobre temas que van desde la sexualidad o la prostitución hasta la educación, la violencia de género o las políticas públicas sobre las mujeres inmigradas.

El Congreso ha sido organizado por el grupo de investigación "Fractalidades en Investigación Crítica" del departamento de Psicología Social de la Universidad Autónoma de Barcelona y la Asociación Cultural Ningún Lugar.

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