La supuesta amante de Zayn Malik recibe amenazas de muerte

Courtney 'CJ' Webb, la australiana que aseguró que el cantante de One Direction le había sido infiel a su novia con ella, ha estado recibiendo mensajes amenazadores de los fans del británico desde que contara los detalles de la aventura que supuestamente tuvieron."Esperaba que me dijeran algo, pero se les ha ido completamente de las manos. He recibido llamadas de todas partes del mundo. Una chica estadounidense me dejó seis mensajes en mi buzón de voz solo en una hora diciéndome que me iba a matar. Tengo mucho miedo", declaró Courtney al periódico The Sun.La joven culpa de todo lo ocurrido a Leon Anderson, uno de los amigos comunes entre ella y Zayn, ya que fue quien hizo público en Twitter el número de teléfono de Courtney. Aunque lo eliminó tres horas después, fue demasiado tarde para evitar las llamadas."Leon me jugó una mala pasada. Fue Zayn quien fue infiel, no yo, y Leon permitió que pasara todo esto", añadió.Aunque Courtney es quien está sufriendo las peores consecuencias de su encuentro con el cantante, Zayn habría conseguido el perdón de su novia, Perrie Edwards, quien le dejó hospedarse con ella en su hotel de Nottingham, donde el lunes actuó con su grupo, Little Mix. Sin embargo, sus compañeras de banda no apoyarían que su amiga perdonara el desliz de Zayn."La idea de abandonarlo le ronda constantemente la cabeza y sus amigos más cercanos le han aconsejado que lo haga, porque Zayn es una rata que nunca cambiará. Le han recomendado que busque a otra persona que la trate con el respeto que se merece, ya que es una artista hermosa y con una gran proyección en el mundo de la música", explicaba una fuente al diario Daily Mirror.A pesar de los consejos de sus amigas, Perrie parece haber dejado atrás el error de Zayn, ya que reconocía que estaba "ilusionada" por el concierto de su grupo, lejos de sentirse dolida por la supuesta infidelidad de su novio."Estoy perfectamente, estoy bien. Tengo mucha ilusión por el concierto, va a ser la mejor noche", declaraba Perrie antes de su actuación en el Royal Concert Hall de Nottingham.