La terapia con perros explora nuevas utilidades en residencias de mayores

  • Elvira Urquijo A.

Elvira Urquijo A.

Las Palmas de Gran Canaria, 11 ago.- Amalia y Tirma se están haciendo amigas: la primera tiene 79 años y alzhéimer severo y la segunda es una hembra de labrador de cuatro años que la ayuda en su terapia gracias a un proyecto pionero con perros que personaliza el tratamiento a las necesidades del paciente en su propia residencia.

Las dos participan en el proyecto de terapia con perros que la empresa grancanaria Nahai Intervención Psicólogica, Educativa y Social ha puesto en marcha en residencias de personas mayores, a las que ofrecen tratamientos con estos animales ajustados a cada uno de los pacientes, según sus necesidades y sus condiciones.

El gerente de Nahai, Sergio Ramírez, ha explicado en una entrevista con Efe que estas terapias se llevan a cabo en coordinación con el personal sanitario de las residencias y con la ayuda de tres perros labradores retriever: Tirma, de cuatro años, Chester, de ocho, y Maya, de uno, en fase de aprendizaje aún.

Así Sergio Ramírez, Elena Ojeda -la psicóloga- y los perros consiguen que los pacientes hagan ejercicios de memoria, movilidad, o socialización mediante el tacto, entre otros, y mejoren su funcionamiento físico, social, educacional, emocional y cognitivo.

Ramírez ha indicado que este proyecto pretende introducir la figura del animal, en este caso el perro, para que sirva de estímulo a los pacientes y poder colaborar con los tratamientos que ya les aplican los fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y psicólogos de sus residencias.

Los beneficios de las terapias con animales "están científicamente demostrados", ha señalado Ramírez, quien asegura que la presencia del animal tiene utilidad a nivel respiratorio, físico y cognitivo y, además, estimula y motiva a los pacientes a seguir haciendo tareas y trabajos en el día a día.

Entre sus beneficios se encuentra la estimulación de las sensaciones táctiles, el trabajo de normas de convivencia y respeto hacia los seres vivos y el establecimiento de mecanismos de comunicación no verbal que activan la imaginación y la percepción sensorial.

Además, se reduce la agresividad, se eleva la motivación y la atención al entorno inmediato, aumenta la interacción social y al profesional de la salud le permite conectar más fácilmente con el paciente.

La terapia con perros está indicada, salvo fobia o miedo al animal, para cualquier tipo de persona sea cual sea su edad o su enfermedad, ya que, según ha comentado Ramírez, siempre se adecúan las actividades a las condiciones físicas y psíquicas de la persona, y por ello se trabaja en coordinación con el personal sanitario de las residencias.

Uno de los centros de mayores en los que Nahai ha presentado su proyecto es la residencia de San Lorenzo, en Ojos de Garza (Telde), donde viven 87 pacientes en su mayoría dependientes y donde recientemente han hecho una demostración con Tirma y varios residentes.

Uno de los ejercicios puestos en práctica con Tirma, en el caso de Amalia -con alzhéimer severo y muy limitada para cualquier interacción-, es que le acaricie el pelaje y dejar que el animal coma de su mano su recompensa.

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