En una entrevista de Europa Press, Roige ha defendido la necesidad de realizar encuentros más concretos sobre diversas actividades, señalando que es una propuesta que le han trasladado algunas empresas.
Ha asegurado que las empresas tienen ganas de colaborar con el programa y que se les debe incentivar mediante jornadas que facilite el encuentro con los usuarios y el sello Làbora, que reconoce la responsabilidad social de las compañías.
El objetivo de este año es superar las 8.000 personas atendidas este año con un porcentaje de inserción, mejorando la calidad y la duración de los trabajos que se ofrecen.
Por el momento, en 2016 se han registrado unas 1.500 personas nuevas al programa que se añaden a las que se apuntaron el año pasado pero no lograron.
Roige también ha destacado que, en comparación con la anterior edición, al clásico perfil de persona sin formación en situación de exclusión se le ha añadido casos de exdirectivos formados.
CASO DE ÉXITO
María Dolores se apuntó al programa Làbora después de estar cuatro años en paro, dejar a su pareja de Castilla-La Mancha con cuatro niños a su cargo, y actualmente lleva un año trabajando en un restaurante de Barcelona.
María Dolores ha explicado que se encontraba muy desanimada y que los responsables del programa le ayudaron a levantar el ánimo dándole esperanza de que podía encontrar un trabajo y ayudándola en temas como la elaboración del currículum.
Señala que Làbora le ayudó a encontrar un oferta que pudiera compaginar con el cuidado de sus hijos y que recomienda llevarlo a cabo para personas que se encuentren en una situación en la que crean que no hay salida.
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