"Esto pasa en las comisarías de toda Cataluña en esta época del año", aseguró este jueves a la AFP Josep Miquel Milagros, portavoz de la Unión Sindical de la Policía Autonómica de esa región del noreste de España.
El problema se concentra en las zonas rurales, con locales policiales pequeños pero grandes extensiones de terreno agrícola donde en verano se suelen descubrir numerosas plantaciones ilegales.
Así, por ejemplo, en Olot, localidad de 34.000 habitantes, "ahora mismo se acumulan entre 300 y 400 plantas de marihuana en un garaje interior", dice Milagros.
"En otras comisarías se guarda en aparcamientos subterráneos, incluso en despachos", a la espera de una orden judicial para destruir la droga, situaciones que han llegado a durar más de 30 días, afirma el portavoz.
El olor es tan fuerte que los policías tienen "la sensación de estar bajo los efectos de haber fumado algo ilegal", afirma el sindicato.
"Realmente el olor es insoportable", dice Milagros. "Ha habido casos de agentes que han tenido que irse antes de la hora de fin de su servicio porque tenían dolores de cabeza y mareos", agrega.
"¡Imagínense la imagen que esto da cuando vienen los ciudadanos, por ejemplo a denunciar un robo, y se encuentran con este olor!", critica.
Para solucionar el problema piden el acondicinamiento de contenedores cerrados herméticamente fuera de los edificios policiales.
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