Las emisiones de CO2, controladas...

El plan de reducción de emisiones de CO2 en los vehículos de la Unión Europea empieza a dar sus frutos. En 2010, los coches nuevos emitieron 140,3 gramos de CO2 por kilómetro de media, un 3,7% menos que en 2009 y un paso más hacia los 95 gramos de CO2 por Km que persigue la Comisión Europea en el horizonte de 2020. La reducción de emisiones de dióxido de carbono en los turismos particulares es una de las principales medidas del Ejecutivo Comunitario para forzar el menor impacto del transporte por carretera en el cambio climático, el segundo sector más contaminante después de la construcción.

El esfuerzo de la industria automovilística, espoleada por una legislación medioambiental más restrictiva, por construir nuevos vehículos menos contaminantes, también está estrechando el margen de emisión de CO2 entre coches de gasolina y diésel. Los datos de la Agencia Europa del Medio Ambiente, divulgados ayer, apuntan a que la diferencia de emisiones entre ambos tipos de combustible se ha reducido a 3,3 gramos de CO2, respecto a los 17 gramos de hace una década.

…Ahora, a por las partículas PM y Nox

Ahora, una vez orientada la política respecto a los motores de gasolina, la asignatura pendiente es el gasóleo. Los científicos recuerdan que, pese a su interés mediático, el dióxido de carbono que emiten los vehículos no es tóxico para el organismo, mientras que las partículas PM y el NOx que exhalan los motores diésel afectan al rendimiento pulmonar y pueden provocar graves enfermedades cardiovasculares.

El Ministerio de Medio Ambiente prepara un plan de reducción de este tipo de partículas, mediante el etiquetaje de los vehículos de gasóleo que acceden al centro de la ciudad. El plan, colgado en la página web del Ministerio y aún en la fase de consulta, prevé la creación de seis etiquetas por colores, en función de la antigüedad de los vehículos, y así de su contaminación. La etiqueta de color rojo identificaría los vehículos más contaminantes, los diésel Euro 0 a Euro 2; los de gasolina y todos aquellos anteriores a 1992. El proyecto se aplicaría en varias fases. La primera arrancaría en 2012 y prevé la prohibición del acceso de los vehículos de etiqueta roja.

La medida prevé la instauración de un peaje urbano, como ya existe en Londres, así como apoyar un plan Prever para renovar el parque automovilístico y empujar a la compra de coches híbridos y eléctricos.