Le reclaman las deudas del asesino de su hija, del que estaba separada

  • Una mujer de 74 años de Torredelcampo (Jaén) ha denunciado que la falta de información en el momento de aceptar una herencia ha provocado que le reclamen las deudas del asesino de su hija, del que estaba separada.

Jaén, 26 sep.- Una mujer de 74 años de Torredelcampo (Jaén) ha denunciado que la falta de información en el momento de aceptar una herencia ha provocado que le reclamen las deudas del asesino de su hija, del que estaba separada.

En una carta remitida a Efe, Encarnación Armenteros, hermana de la fallecida, que actúa como portavoz de su madre debido a la avanzada edad de ésta, y al estado anímico y psicológico en el que se encuentra, explica que tras el divorcio, no dio tiempo a que su hermana disolviera los gananciales con su expareja porque antes murió presuntamente asesinada por él.

Esto ha supuesto que el 50 % de las deudas del exmarido le sean reclamadas a la madre como heredera de su hija, lo que ha derivado en que se vea envuelta en cuatro procesos judiciales: acusación particular por el asesinato, ejecución hipotecaria, nulidad de herencia y obligación de hacer.

Además de lo que ya se le reclama a la madre, temen que aún le sigan pidiendo el pago de más deudas y tienen miedo de que pierda su casa que es la única propiedad que tiene, ya que carece de dinero ni para pagar a los abogados, y han tenido que acudir a la asistencia jurídica gratuita.

La hermana de la víctima considera que es "injusto e inmoral que una anciana pueda perder su casa porque el sistema legal y bancario permita que se le reclame el pago de las deudas del asesino de su hija", que además era discapacitada intelectual.

Por ello, pide "a autoridades públicas, judiciales y bancarias que hagan lo imposible por que mi madre mantenga su vivienda, por que no se vea envuelta en más juicios y para que su vejez la pase tranquila".

Los hechos se remontan a marzo del 2011 cuando Purificación Armenteros fue asesinada de una puñalada en el cuello presuntamente a manos de su expareja, que se encuentra en prisión por estos hechos a la espera de juicio.

Según la familia "los episodios de malos tratos ya venían sucediéndose desde hacía varios años, incluso antes de estar casados", pero el hecho de que la mujer tuviera una discapacidad intelectual, de un 46 %, la hacía más vulnerable.

Tras la muerte de Purificación, a la madre le recomendaron que acudiera a una notaría para tramitar la declaración de bienes, y ante su desconocimiento le aconsejaron que heredara a su hija y con esta escritura acudiese en dicho plazo a la Junta de Andalucía y se ahorraba el coste de la declaración de bienes.

Así aceptaba el único patrimonio de su hija: una parte de la casa de su padre que había heredado tras su fallecimiento, pero no le informaron de que al aceptar la herencia aceptaba las deudas, ni tampoco se abrió el inventario para conocer los bienes y deudas, solo se le dijo la cuantía del bien que heredaba pero no las deudas que le podían venir.

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