La especie solo puede reproducirse si llegan a formarse charcos donde depositar sus huevos. Por ello, la Consejería cortó temporalmente el paso de vehículos en un área cercana a las salinas del Rasall, donde se formaron charcos tras las lluvias del pasado otoño.
En esta zona, previamente a la construcción de las salinas, solían crearse de manera natural lagunas temporales de agua de lluvia, según han informado fuentes del Gobierno regional en un comunicado.
Y es que, el sapo corredor permanece oculto durante el día y espera a la noche para alimentarse de larvas, escarabajos, arañas y otros pequeños invertebrados. Por su capacidad para vivir en diversos ambientes, actualmente no está considerada como una especie amenazada.
No obstante, sus poblaciones se ven afectadas por la sequía, pérdida de cultivos de secano y destrucción de charcos, así como por los atropellos, peligros que podrían llevar a esta especie a sufrir un declive.
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