Lluís Llach apadrina una fundación para impulsar proyectos en Senegal

  • Barcelona.- El cantante Lluís Llach apadrina una fundación que lleva su nombre con la que está impulsando dos proyectos para ayudar a poblaciones minoritarias de la región de Sine Saloum, en Senegal, uno de ellos, ha explicado hoy, para que puedan rentabilizar sus barcas y subsistir con la pesca.

Lluís Llach apadrina una fundación para impulsar proyectos en Senegal
Lluís Llach apadrina una fundación para impulsar proyectos en Senegal

Barcelona.- El cantante Lluís Llach apadrina una fundación que lleva su nombre con la que está impulsando dos proyectos para ayudar a poblaciones minoritarias de la región de Sine Saloum, en Senegal, uno de ellos, ha explicado hoy, para que puedan rentabilizar sus barcas y subsistir con la pesca.

El proyecto de las barcas de pesca, bautizado como Yayoma-Maremar, tiene una importante "cargas simbólica", ha dicho Llach, pues se trata de "convertir lo que nosotros conocemos como pateras o cayucos en herramientas de trabajo para la pesca en el mar, lo que ellos llaman piraguas".

El proyecto Yayoma pretende, de este modo, "convertir uno de los símbolos más característicos de la emigración masiva africana, que ha llenado el mar de víctimas de una situación económica insoportable, en un símbolo de trabajo sostenible y racional que permita a la gente de esta región eludir la emigración".

La Fundación Llach ha comenzado su actuación financiando una piragua de 23 metros que permita a miembros de la población de Palmarin -integrada por los pueblos de Ngallou, Ngunuman, Ngjet y Niajhanort y el puerto de Djifer- ejercer la pesca de altura en el litoral senegalés, gambiano y de Guinea Bissau.

Esta piragua, ha explicado el cantautor, será explotada por diez pescadores y un capitán responsable, que serán elegidos de forma "proporcional a las poblaciones que configuran Palmarin, a las familias y a las religiones que practican".

El reparto de las ganancias económicas está estructurado de manera que el proyecto se autofinancie y, tras cuatro años, se puedan poner en funcionamiento hasta seis piraguas, lo que dará un ingreso a 66 familias, aproximadamente unas 1.300 personas.

Llach ha advertido que "si la Fundación pudiera dar ayudas económicas procedentes de donaciones, estos plazos se acortarían significativamente".

Ha insistido en que "no hacemos de propietarios, sino que vigilamos los comportamientos de protocolo, pero teniendo en cuenta sus costumbres".

El otro proyecto que ya ha iniciado la Fundación Lluís Llach incide en el terreno educativo y pedagógico y consiste en habilitar un aula de informática, dotada con 21 ordenadores reciclados y renovados por la ONG NT África, así como dos impresoras.

Esta aula informática acogerá a los alumnos de los estudios superiores de la Comunidad Rural de Palmarin, que "de este modo no estarán en desventaja cuando vayan a estudiar a Dakar".

En una segunda fase, el ordenador servirá además para convertirse en herramienta pedagógica para el maestro, para la búsqueda de elementos formativos francófonos en Internet, pues el francés es la lengua oficial educativa de Senegal.

Llach ha confesado que "todo empezó por azar", cuando se encontraba en la zona visitando a la familia de un amigo y allí preguntó por las mafias: "En uno de los últimos lugares de los que salían las pateras me dijeron que no hay mafias", ha dicho Llach, sino gente que hace ostentación pública de lo que tiene "hasta que los pescadores, desesperados, aceptan el dinero que les ofrecen y se van al mar sabiendo que la mitad de los barcos no vuelven".

El autor de "L'Estaca" anuncia que también quiere iniciar proyectos de cooperación en materia agrícola, "siempre adaptándonos a su particular sistema agrícola".

Llach ha confesado que todas estas iniciativas, ya comenzadas antes de la creación de la Fundación, "me hacen sentir humano, porque en nuestra sociedad hay pocas posibilidades".

Ha criticado asimismo a la embajada española en Dakar y sus funcionarios por no haber permitido el viaje a Barcelona del presidente de la Comunidad Rural de Palmarin, Sammuel Seck, "al que han llegado a exigir un aval bancario para concederle el visado".

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