Los 27 acuerdan coordinar la lucha contra la sequía y desarrollar un observatorio para la prevención

Luxemburgo.- Los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea acordaron hoy combatir la sequía y la escasez de agua de forma coordinada y apoyar el desarrollo de un observatorio centrado en estas cuestiones para reforzar la prevención.

Reunidos en Luxemburgo bajo la presidencia de la ministra española de Medio Ambiente, Elena Espinosa, los países estuvieron de acuerdo en que "la escasez del agua y la sequía constituyen un problema serio en muchas regiones de Europa", una situación que prevén que empeore como consecuencia del cambio climático.

Asimismo, reconocieron la "vertiente internacional" de este problema y destacaron que muchas masas de agua de la UE son "transnacionales" y los riesgos y desafíos compartidos, por lo que "las soluciones deben coordinarse", incluso con terceros países.

Los ministros subrayaron que la inversión en la innovación ecológica y en la eficiencia del uso de los recursos hídricos contribuirá a la creación de empleos y a un crecimiento equilibrado y sostenible en el contexto de la Estrategia Europa 2020 para el empleo y el crecimiento.

Llamaron también la atención sobre la importancia de fomentar la eficiencia en el uso del agua y la gestión de su demanda mediante medidas como la fijación de los precios del agua, la mejora de las técnicas de irrigación, el aprovechamiento de las aguas residuales, todo ello apoyado por campañas de concienciación y educación.

Los Veintisiete no descartaron recurrir a la desalinización o recogida de agua de lluvia si las acciones preventivas no logran el resultado esperado.

Se mostraron a favor, por otro lado, de establecer un sistema europeo de alerta rápida que permita pronosticar los periodos de sequía y desarrollar un observatorio europeo de la sequía para contribuir a ese pronóstico y realizar un seguimiento de la situación.

Los estados miembros hicieron hincapié en la importancia de la participación del público en la gestión de la escasez de agua y las sequías y animaron a los gobiernos nacionales a elaborar planes de gestión de estos problemas, así como a revisar la política agrícola común para promover un uso más eficiente y sostenible del agua.