Los adolescentes defienden la libertad de expresión pero les cuesta usarla, según sus profesores


Los temas más peliagudos a tratar por los adolescentes son los referidos a sus sentimientos, según indica el 68% de los 158 profesores de Secundaria que han contestado a las cuestiones del ‘Observatorio de la Adolescencia’ que acompaña al programa de educación en valores de Aldeas Infantiles SOS. El informe también concluye que en España los adolescentes defienden la libertad de expresión, aunque les cuesta usarla porque les resulta difícil expresarse.
Este sondeo de opinión acompaña al programa de educación en valores ‘Párate a pensar’, que Aldeas Infantiles SOS desarrolla anualmente en 1.500 centros de Secundaria y llega a 150.000 estudiantes de todo el país. El estudio se ha realizado por medio de encuestas a más de 150 profesores sobre el comportamiento de su alumnado en diferentes ámbitos de la vida.
El trabajo de esta ONG muestra que el diálogo sobre puntos de conflicto también les resulta muy difícil (así lo opina el 33% del profesorado), al igual que hablar sobre temas académicos (20%). Sin embargo, los adolescentes no tienen problemas a la hora de conversar y debatir sobre la amistad, pues tan solo un 2% de los educadores afirma percibir en sus alumnos limitaciones para ello.
Son varios los motivos que impiden a los alumnos comunicarse de una forma fluida y mostrar su opinión de forma eficaz. Entre ellos se encuentra la incapacidad de separar los hechos meramente objetivos de sus propias emociones, tal y como señala el 77% de los profesores. Además, el 46% considera que los jóvenes recurren con facilidad al insulto o al reproche y el 55% piensa que no saben planificar conversaciones difíciles ni hacer propuestas de pacto. Por otro lado, los docentes creen que los chavales son sinceros a la hora de dialogar, dado que apenas un 2% sitúa la falta de sinceridad como obstáculo para la negociación.
A pesar de todo ello, el 72% de los consultados reconoce que, aunque les cuesta dialogar, los adolescentes se encuentran en la senda del aprendizaje. Con quien mejor practican el diálogo es con sus amigos, para el 22% de los educadores, y con quien menos, con los adultos, según considera el 6%.
Las personas con las que más amables son los estudiantes son sus amigos (los profesores conceden a este aspecto una nota de 8,4 sobre 10) y las que menos, los desconocidos (4,8). Un aprobado justo se llevan los hermanos (5), mientras los padres, los profesores y las personas mayores reciben alrededor de un 6. Un 85% de los profesores afirma que la amabilidad se enseña y se aprende en casa. Un 41% de ellos cree también que la escuela es un lugar idóneo para ello, concluye el estudio de Aldeas Infantiles.

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