Los exiliados de la guerra vuelven a Sierra Leona

  • Sierra Leona quiere recuperarse de una vez de la guerra civil que asoló al país durante más de una década y terminó en 2002. Los exiliados y desplazados que entonces abandonaron su tierra comienzan a volver ahora para contribuir al levantamiento del país. El Gobierno les ha invitado a ello, con la esperanza de que llegue más personal cualificado que les ayude en la reconstrucción.
Imagen de Freetown (Foto: stringer_bel, Flickr)
Imagen de Freetown (Foto: stringer_bel, Flickr)
(Foto: stringer_bel, Flickr)
Kimberly S. Johnson | GlobalPost

(Freetown, Sierra Leona). Yeniva Sisay-Sogbeh se fue de Estados Unidos hace tres años para regresar a Sierra Leona, el país de sus padres, donde dirige el Programa Excel Education que promueve destrezas de liderazgo y desarrollo personal."Regresé para contribuir al desarrollo de esta nación", afirma. Y no está sola. Miles de exiliados y refugiados comienzan a volver a Sierra Leona.La guerra civil acabó en el 2002 tras 11 años de lucha en los que murieron unas 50.000 personas. Ahora que ha vuelto la paz y la estabilidad, el Gobierno exhorta a sus ciudadanos a volver a su tierra natal para que participen en la transformación del país.

Quienes aún viven en el extranjero viajan con más frecuencia, quizás como una forma de tantear las cosas antes de tomar la decisión de regresar. "Es muy estimulante. La gente comienza a regresar en grandes cantidades", afirma Nikita Johnson, que abandonó Sierra Leona en 1989. Ahora vive en Londres, pero realiza visitas frecuentes a su familia en Freetown. Explica que este año piensa pasar más tiempo aquí, buscando trabajo en el sector de la logística. "Se ve más gente joven asumiendo mayores responsabilidades", añade. Y ese es el objetivo.

El presidente Ernest Koroma ha invitado a todos los ciudadanos de Sierra Leona que viven en el extranjero a que regresen y ayuden a reconstruir la nación. Sin embargo, no hay garantías de una paz duradera y esto ha hecho que algunos no quieran volver, explica Saidata F. Sesay, viceministra de Información y Comunicación. "La mayoría sigue fuera del país por temor a lo desconocido, a los horrores de la guerra, las dudas sobre la solidaridad y la permanencia de la paz", sostiene. "Por eso necesitan poder confiar en que el Gobierno hará lo que sea para mantener la paz".

La propia Sesay vivió en Atlanta durante más de 10 años y no regresó cuando hubo el primer llamamiento en 2007. "Después de la guerra, vi gente de muchas nacionalidades, que no eran de Sierra Leona, que venían a reconstruir el país", explica. "Me dije: 'qué haces. La gente arriesga su vida para ir a vivir a ese país y yo estoy aquí disfrutando de los lujos de Estados Unidos. Es injusto. Los norteamericanos van a mi país para ayudar a mejorar las cosas'", recuerda. "De modo que pensé que tenía que regresar y aportar mi granito de arena. Si todos estos extranjeros venían aquí, por aprecio y humanidad, por qué no podía hacerlo yo".

Es difícil determinar el número de personas que han regresado desde que acabó la guerra. Según los cálculos de Naciones Unidas, durante el conflicto el país perdió el 30 por ciento de los habitantes con estudios, preparados. Miles de ciudadanos siguen en el extranjero y se concentran principalmente en el Reino Unido. Sierra Leona tiene una población total de 6,4 millones.

Sesay dice que es esencial que aquellos que regresan, aporten su experiencia para aplicar las soluciones del mundo occidental en Sierra Leona, en particular en salud, gobierno y economía. El compromiso de Sisay-Sogbeh no acaba en el programa de educación. También ha formado la asociación Ma Dengn con otros nueve retornados. En diciembre pasado realizaron su primer festival, una celebración de dos días para recuperar la cultura de Sierra Leona. "Queríamos mostrar el país como un crisol de culturas y recuperar la cultura aborigen de nuestra tierra".

Ma Dengn es la palabra en koranko para expresar esta invitación: "reunámonos". Varios cientos de personas asistieron al evento que se realizó en la playa de Lumley, en Freetown. Había vendedores de comida y artesanías que ofrecían desde sombreros de paja hasta la clásica sopa de pimienta o el fufú, un puré de raíces de mandioca.Sisay-Sogbeh explica que uno de los objetivos era que los comercios locales se acostumbraran a participar en este tipo de reuniones para mostrar el rostro más alegre de Sierra Leona.

"Se trata de un nuevo concepto, tener locales donde la gente paga por entrar", afirma. Sesay, la viceministra, dice que tiene el compromiso de apoyar –y comunicar- el llamamiento del presidente para reconstruir el país y acabar con la imagen de un pasado sangriento. "No sé si he logrado cambiar las cosas, pero lo intento. Al menos estoy aquí", enfatiza.

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