"California sigue siendo la prioridad nacional" y unos 9.000 bomberos continúan luchando contra "seis grandes incendios", informó el Centro Nacional interinstitucional Contra Incendios (NIFC, por sus siglas en inglés) y Calfire, la agencia de noticias de California en materia de incendios.
Los fuegos de Butte y de Valley, en el este y norte de San Francisco respectivamente, han arrasado más de 2.600 estructuras, según NIFC, colocándose entre los más destructivos de todos los tiempos en ese Estado.
Los daños totales se cuentan en "decenas de millones de dólares si no en cientos de millones", dijo Brad Alexander, portavoz de los servicios de emergencia del gobernador de California, Jerry Brown.
"La limpieza de los escombros será muy cara" y es necesaria para la reconstrucción, dijo a la AFP. Además, 10.000 casas y edificios siguen amenazados por las llamas, según Calfire.
Los fuegos de Butte y Valley ya habían quemado unos 300 km2 de tierra cada uno y se habían cobrado la vida de cinco personas.
Un balance que podría aumentar, explicó Alexander, ya que las autoridades están tratando de examinar las zonas afectadas en búsqueda de más afectados.
El incendio llamado Rough Fire, en el centro de California, cerca de Fresno, ha devastado aproximadamente 600 km2 de terreno, seis veces la talla de París.
En el conjunto de Estados Unidos, una veintena de megafuegos continúan encendidos y ya 36.000 km2 se han quemado en el país, cerca del equivalente de la región central.
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