No es extraño encontrarse con niños que, ante situaciones límite, actúan como verdaderos héroes. Es el caso del estadounidense Tyler J. Doohan o el argentino Judas Alberto, que con tan solo ocho y cinco años, respectivamente, no dudaron en socorrer a sus familiares cuando las llamas consumían sus casas.
¿Reaccionan igual los adultos y pequeños cuando se presentan estas situaciones de riesgo? 'Hay niños con una fuerte decisión frente a situaciones que perciben como riesgo', explica a lainformacion.com Silvia Yankelevich, licenciada en Psicología Clínica y experta en psicología infantil y adolescente.
No todos los niños son héroes. Hay pequeños que con ocho años presentan una 'alta madurez'. 'Algunos discuten filosofía y otros actúan como bebés', señala la psicóloga. Los 'niños héroes 'son los que, de manera innata y genética, presentan una fortaleza psíquica y en un momento donde perciben un peligro son capaces de afrontarlo de manera heroica y adulta'.
Muy unida a esa estructura genética, está la capacidad moral de cada persona. El niño puede tener un concepto moral muy alto, más allá de que se le eduque en lo que está bien o mal. 'En el caso de los niños heroicos, se concentra una estructura fuerte junto a un alto nivel moral', indica Silvia Yankelevich.El entorno influye
Aunque se trata sobre todo de una cuestión genética, el entorno del niño también influye. 'Cuando se origina un incendio en el campo, los niños ayudan a apagar el fuego porque, de manera instintiva, saben que deben protegerse', afirma Yankelevich, y añade: 'Los niños crean sus propias defensas y perciben el fuego como un enemigo, y más aún cuando están en contacto con la naturaleza'. 'Hoy en día, lo instintivo ha quedado mediatizado por el avance tecnológico y por la modernidad', lamenta la experta.La imitación
La heroicidad a veces viene marcada por la influencia que provocan en los niños los contenidos audiovisuales: los videojuegos y las películas. Si el niño es observador y atento, tendrá una mayor capacidad de reacción y tratará de imitar lo que ha visto en la pantalla. De hecho, Gryffin Sanders, un chico de 10 años, salvó a su abuela gracias a 'Mario Kart'.
Pero no solo influyen los videojuegos: también la actitud más o menos permisiva de los padres . 'En Estados Unidos, donde la licencia para conducir se puede conseguir a los 16 años, es muy común que los padres pongan a su hijo al volante como un juego'. Más allá del peligro que ello pueda suponer, 'hace que el niño se interese por esos temas y sea más hábil ante posibles riesgos'.
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