Los temas que generan más controversia entre los obispos

  • El sínodo o asamblea de obispos que se abre el domingo en el Vaticano abordará los mismos temas candentes que generaron hace un año fuerte controversia dentro de la Iglesia católica, una batalla que marcará la familia católica del siglo XXI.

El tema que más agita las aguas es la de conceder la comunión a los divorciados que se vuelven a casar o que viven una nueva unión.

Un asunto que suscita un complejo debate de carácter teológico, casi inexplicable para una parte de los creyentes, que no entienden las razones por las que no se puede acceder a la comunión y se les considere como "adúlteros" imperdonables.

La llamada "indisolubilidad" del matrimonio divide a conservadores y progresistas, los cuales han llegado a pedir hasta modificaciones a la doctrina para que se permita a esos católicos acceder a la comunión.

Sin embargo, con una decisión astuta, el papa Francisco simplificó en septiembre pasado los procedimientos legales para la nulidad del matrimonio y es posible que en algunos años los casos se reduzcan notablemente en todo el mundo.

Ofrecer una palabra oportuna a las parejas católicas del mismo sexo, es uno de los puntos en que los participantes estuvieron de acuerdo en el sínodo pasado. Pero reconocer en cambio el 'valor moral' que existe entre esas parejas suscita discordia. El sínodo va a condenar sin dudas las leyes que legalizan el matrimonio entre homosexuales, al igual que la llamada "teoría de género".

Otro fenómeno muy actual que será encarado es el de la familia monoparental y el de la difusión del alquiler de vientres.

Una de las novedades del sínodo del 2014 fue el reconocimiento como un fenómeno muy extendido entre los católicos, sobre todo entre los jóvenes, de la convivencia. No se condena. Hay propuestas para que se anime la convivencia estable antes de llegar a la boda católica, de manera que lleguen conscientes de que se trata de una unión para siempre.

Existen dos sectores, muy movilizados e identificables: los ultra-conservadores y los progresistas. En el medio sobrevive una mayoría con posiciones moderadas, matizadas según el tema, con una tendencia en general conservadora.

"El campo alemán", liderado por los cardenales Walter Kasper y Rainhard Marx, cuenta con el apoyo de teólogos progresistas alemanes, suizos, americanos. Prelados europeos, canadienses, australianos, asiáticos y latinoamericanos se identifican con ese movimiento.

Otro grupo de prelados son hostiles a todo cambio de la doctrina, sobre todo aquellos del sur del planeta, como los africanos, apoyados por los estadounidenses, italianos y polacos.

Se trata de una batalla a alto nivel, entre los que defienden un cambio y los que se oponen con fuerza a ello.

El papa Francisco deberá elaborar en base a los debates un documento papal, que en general no refleja la voluntad de las mayorías. Así ocurrió con Pablo VI con el tema de la píldora anticonceptiva en 1968. Mientras el papa la condenó en su encíclica, la mayoría de los católicos en el mundo la utilizaba, "un cisma extendido", para el cardenal Kasper.

El inventor del sínodo fue Pablo VI, hace 40 años, en 1965. Del griego, "caminar juntos", la asamblea invita a los obispos de todo el mundo a estudiar los problemas de la Iglesia y a aconsejar al papa. No tiene poder legislativo.

Se trata de uno de los momentos más democráticos introducidos en la milenaria institución, ya que todos pueden expresar libremente su opinión. Si bien se celebran a puerta cerrada, los periodistas son informados por un vocero sobre los debates.

Al término de los debates, el papa, que suele asistir a las sesiones, recibe un informe, en base al cual elabora una exhortación apostólica.

Cuarenta cardenales, 166 obispos, 22 de rito oriental, 17 parejas de laicos, 23 expertos religiosos, 25 jefes de dicasterios (ministerios) de la Curia (gobierno central) y representantes de otras confesiones cristianas asistirán.

bur-kv.zm

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