Los vecinos de Chequilla, desolados al ver arrasado el bello paisaje

  • Los vecinos de Chequilla y los veraneantes que fueron ayer evacuados de este municipio guadalajareño, punto donde se inició el incendio del Parque Natural del Alto Tajo, han comprobado hoy desolados el impacto del fuego en el bello paisaje de la zona.

Juan Velasco

Chequilla (Guadalajara), 2 ago.- Los vecinos de Chequilla y los veraneantes que fueron ayer evacuados de este municipio guadalajareño, punto donde se inició el incendio del Parque Natural del Alto Tajo, han comprobado hoy desolados el impacto del fuego en el bello paisaje de la zona.

En un municipio que tiene censadas únicamente a una veintena de personas, la mayor parte de los 110 afectados por el desalojo son veraneantes que tienen casa en el pueblo o que visitan a sus familiares que viven allí.

Tanto los vecinos como los visitantes no dudaron en defender a 'cubetazo limpio' el territorio, un bello paisaje a orillas del río Cabrillas, que hoy ha amanecido calcinado, y sus viviendas, algunas de ellas ubicadas entre formaciones rocosas de arenisca roja.

Y es esa, la imagen de las 'quebradas', las erosionadas y caprichosas rocas del municipio, la que más damnificada ha salido tras el incendio declarado ayer.

Los vecinos, la mayoría de los cuales retornaron ayer por la noche a sus casas en cuanto se les dio permiso, asistían hoy desolados a los estragos que el fuego había causado en el camino que va desde el pajar en el que supuestamente se inició el fuego hasta más allá de donde alcanza la vista.

Es el caso de Juani y de su hijo, una familia madrileña que acude habitualmente a Chequilla, incluidos todos los veranos, y que ayer no querían abandonar la pequeña localidad, toda vez que el fuego, en su caprichoso discurrir, había pasado de largo.

"Nos desalojaron por el humo, que es muy nocivo", ha explicado a Efe Juani, quien ha reconocido que hubo momentos de "mucho miedo", sobre todo entre los más pequeños, que hoy seguían disfrutando de sus vacaciones veraniegas en un paisaje apocalíptico.

También es el caso de Enrique, un anciano de 84 años, natural del Puerto de Sagunto (Valencia) y que acude regularmente a Chequilla a pasar los veranos.

Enrique lleva desde el viernes en la localidad y, al igual que Juani, se negó a pasar la noche en el refugio habilitado en Molina de Aragón y volvió a su casa, que tuvo que abandonar ayer por la tarde "ante la insistencia de la Guardia Civil".

"Aquí sólo se quedó el alcalde", indica en referencia a Lorenzo Molina, quien ha perdido una nave en el incendio y que hoy ha estado toda la mañana entrando y saliendo del municipio y participando en las labores de extinción.

Enrique ha opinado que todo se podía haber evitado si se hubiera hecho un buen "matafuegos", y se ha mostrado crítico con las autoridades políticas que han acudido hoy a la zona, porque "nunca vienen cuando el fuego se prende".

No es el caso de la presidenta de la Diputación, Ana Guarinos, que lleva desde ayer por la tarde en la zona y que hoy ha sido la más madrugadora, acudiendo a visitar Chequilla a las 07.30 horas.

Guarinos, natural de Molina de Aragón, ha estado permanentemente acompañada por la diputada Lucía Enjuto, alcaldesa de Mazarete, y ambas habrán rememorado aquel otro incendio que asoló la provincia hace siete años y que ellas también vivieron de cerca.

Precisamente, cuando Enrique menciona esto aparece el diputado delegado del Consorcio Provincial de Bomberos, Francisco Javier Pérez del Saz, que lleva desde primera hora coordinando la labor del cuerpo provincial de bomberos.

Pérez del Saz se muestra optimista con respecto a la situación del fuego, y espera que el viento, mucho más suave que el de ayer, no termine de arrancar para dar por concluidas las labores de control del incendio, centradas desde esta mañana en refrescar con medios aéreos un foco en la montaña. EFE

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