Macarena Gómez se pega un festín terrorífico en "Musarañas"

  • Magdalena Tsanis.

Magdalena Tsanis.

Madrid, 17 dic.- Bajo el influjo de la Bette Davis de "¿Qué fue de Baby Jane?" y la Kathy Bates de "Misery", Macarena Gómez se pega un festín interpretativo en "Musarañas", la ópera prima de Juanfer Andrés y Esteban Roel, poniéndose en la piel de Montse, una enferma de agorafobia en la España de la posguerra.

Tras recoger aplausos y buenas críticas en festivales como Toronto, Sitges o el Latin Beat de Tokio, la cinta, producida y apadrinada por Alex de la Iglesia, llegará a las salas de cine el día de Navidad, un cierre a la altura de un gran año de cine español.

Gómez aguanta y llena de matices los primeros planos y da total credibilidad a la locura que se apodera de Montse, una mujer que vive encerrada en su casa, junto con su hermana pequeña (Nadia de Santiago), y cuyo precario equilibrio salta por los aires el día en que su vecino Carlos (Hugo Silva) aparece en el rellano de la escalera, herido tras haber sufrido una aparatosa caída.

Montse, que ha criado sola a su hermana tras la muerte de su madre y la desaparición de su padre (Luis Tosar), decide meter en casa a Carlos para cuidarlo, lo que le lleva a descubrir en su interior deseos reprimidos a base de una educación ultra católica.

"La gente me pregunta si estoy loca de verdad", comenta a Efe la actriz cordobesa, popular por su papel en la serie cómica "La que se avecina". "Obviamente, no. La verdad, y no me canso de repetirlo, es que estaba todo en el guión, muy bien definido".

"Hablé con un psiquiatra para documentarme sobre la agorafobia y, a partir de ahí, no hice más que intentar poner toda la verdad y la pasión. Lo más difícil fue mantener esa implicación emocional durante los 22 días de rodaje: resultó agotador", reconoce la actriz, que se postula con firmeza con este papel a los Goya.

Toda la película transcurre en el interior de la casa, un espacio plagado de crucifijos y tenebrosidad. Fue un punto de partida que obedecía a razones de presupuesto, según cuentan sus directores, pero que ha acabado por hacer realidad el refrán sobre hacer de la necesidad virtud.

Andrés y Roel, profesores del Instituto de Cine de Madrid, se dieron a conocer a través de Youtube con el corto "036", que superó los dos millones de visitas y que protagonizaba Carolina Bang, coproductora de "Musarañas".

Ya en ese corto se aprecia el gusto de la pareja por la mezcla de géneros, que aquí vuelven a transitar entre el terror gótico, el "thriller" psicológico y el drama costumbrista, con un toque de disparate y exceso, muy afín a la filmografía de su padrino.

"Ir al cine tiene que ser una fiesta, aunque lo pases mal, llores o te asustes, pero te tienen que pasar cosas. Ese es el espíritu de "Musarañas". Es un 'thriller' psicológico y una película de terror, pero nada ortodoxa; el público se va a encontrar cosas diferentes", avanza Roel.

El director de "Las brujas de Zugarramurdi" subraya que, pese a la cercanía del tono y los temas, no ha tenido "nada que ver a nivel creativo, o muy poco". "Sé lo que es que te produzcan de forma intervencionista, y no me gusta", precisa.

Y destaca del filme su fuerza para atemorizar desde lo cercano.

"A todos nos interesa cosificar lo malo, convertirlo en algo ajeno, que ocurre en Afganistán o en Sydney", apunta. "Lo terrible y lo que da miedo es cuando las cosas ocurren en tu casa o en tu patio de vecinos. Tú quieres que lo que te rodea sea tranquilo, pero nunca lo es. Todo es extraño".

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