Madrid. La comunidad integra a mujeres en riesgo de exclusión con pisos de acogida


La Comunidad de Madrid fomenta la integración de mujeres en riesgo de exclusión social con el apoyo y subvención de recursos, como los pisos de acogida del Centro de Atención Social 'San Rafael', con el objetivo de prevenir la situación de riesgo de este colectivo y fomentar su autonomía personal.
Así lo destaco este miércoles el director general de inmigración, Pablo Gómez-Tavira, durante su visita a este espacio, ubicado en el barrio madrileño de Peñagrande, que cuenta con diez plazas y en el que se ofrece a las usuarias herramientas para que consigan una plena inserción social y laboral.
Gómez-Tavira explicó a Servimedia que en los pisos se trabaja de forma personalizada con las mujeres para que estas puedan reforzar su autonomía e incorporarse a la sociedad con mayor facilidad, ya que muchas de ellas llegan en situación de calle.
En este sentido, destacó que la Comunidad de Madrid colabora financiando, desde los últimos seis años, la asociación, parte del piso y otros talleres, cursos y programas de asesoramiento legal que realiza la entidad y agregó que “el Ejecutivo autonómico siempre ha apostado por crear recursos que faciliten, a cualquier persona que pueda necesitarlo, la salida de la vulnerabilidad social y los riesgos que esto conlleva”.
PERFIL DE LAS USUARIAS
Desde que comenzara su andadura en 2001, esta iniciativa ha ofrecido atención a un total de 565 mujeres. Este año, se ha atendido a 30 mujeres, de las que un 70% han salido del centro con empleo.
Según manifestó a esta agencia la trabajadora social que día a día se reúne con ellas y conoce su evolución, Cristina Brufao, el perfil de las usuarias, al principio, era de jóvenes mayoritariamente inmigrantes, pero puntualizó que, con el paso de los años la media de edad ha ascendido hasta los 50 años y ha aumentado el número de españolas que acuden a solicitar ayuda por falta de recursos.
Asimismo, desveló que, con la crisis económica, el número de demandas ha aumentado y que las mujeres que piden ayuda no son “recién llegadas”, sino “chicas que llevan en España cuatro o cinco años y que se ven en la calle sin trabajo”. Actualmente, el piso está habitado por siete mujeres, aunque tiene capacidad para diez, de las cuales dos son españolas.
El centro ofrece, en principio, una estancia máxima de tres meses, porque según la trabajadora social, es mejor trabajar “con tiempos”, pero según las circunstancias personales y las necesidades de las usuarias, este tiempo puede prolongarse.
Además de una vivienda, en el centro San Rafael las mujeres reciben atención social, jurídica, apoyo psicológico, intermediación laboral y formación prelaboral, además de tener cubiertas todas sus necesidades básicas, con un banco de alimentos y un ropero.
En relación a estos servicios, una de las usuarias, Pamela de 20 años, expresó a Servimedia su satisfacción con el centro y declaró que “yo me encontraba en una situación de vulnerabilidad y tuve que acudir a los servicios sociales y fueron ellos quienes me pusieron en contacto con el centro San Rafael. Gracias a este contacto pude acceder a este piso, donde he estado tres meses, y ahora tengo un trabajo, gracias también al centro”.
El director de inmigración destacó que “el trabajo de integración que hace el centro San Rafael es extraordinario”, y además aprovechó para recordar que la Comunidad de Madrid dispone de una completa red de Centros de Participación e Integración de Inmigrantes (CEPI), distribuidos en Madrid capital y en otros municipios de la región, con el fin de generar espacios de encuentro y desarrollar actuaciones de formación, orientación laboral, entre otras iniciativas, que contribuyen a facilitar la integración y participación de inmigrantes y autóctonos en la sociedad.

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