Bajo una fuerte custodio de más de 5.000 policías, los maestros de primaria hicieron sus exámenes en la llamada Ciudad Administrativa, al oriente de la ciudad de Oaxaca, donde estaban inscritos unos 5.000 docentes.
Quise evaluarme "para demostrarle al gobierno que soy una persona preparada para atender a los niños oaxaqueños y que, si protestamos en la calle en contra de la reforma, es porque nos afecta laboralmente, pero las maestras de Oaxaca estamos capacitadas", dijo a la AFP la profesora Melissa Hernández al salir de la evaluación.
Oaxaca, uno de los estados más pobres e indígenas de México, es el bastión de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), una corriente radical del sindicato nacional que se opone a la reforma educativa promulgada en 2013 por creer que no tiene en cuenta las particularidades del trabajo en zonas pobres y que acaba con sus derechos laborales.
Aunque la evaluación se llevó a cabo sin incidentes mayores, esta mañana un grupo de profesores radicales trataron de impedir que dos autobuses que trasladaban a docentes llegaran a la prueba.
La policía intervino y los manifestantes lanzaron piedras y cohetes contra los agentes, que respondieron con gases lacrimógenos, dejando "dos policías federales con lesiones leves por el impacto de un cohetón", informó la secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca.
Más tarde, un grupo de jóvenes con el rostro cubierto se enfrentaron con los policías y derribaron parte de las vallas metálicas que rodeaban el edificio de la evaluación y la policía volvió a lanzar gases lacrimógenos.
Después de haber protagonizado fuertes protestas en los últimos meses, el pasado 29 de octubre, cuatro dirigentes de la CNTE fueron internados en la prisión de máxima seguridad de El Altiplano acusados de actos de vandalismo, en un simbólico y duro golpe a los radicales por parte del nuevo secretario de Educación, Aurelio Nuño, que es señalado por analistas como posible delfín de Peña Nieto.
Con el objetivo de mejorar los estándares educativos de México, el gobierno mexicano espera que la reforma rompa con la regla no escrita del sistema educativo en la que las plazas de maestros son heredadas o vendidas al interior del sindicato.
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