Maria Anna Cope, la "Madre de los marginados" y de los leprosos de Molokai

  • La religiosa alemana María Anna (Mariana) Cope (1838-1918), proclamada hoy santa por Benedicto XVI, dedicó su vida a los leprosos de Molokai y es conocida como "la madre de los marginados", por ayudar a los que todos rechazaban.

Ciudad del Vaticano, 21 oct.- La religiosa alemana María Anna (Mariana) Cope (1838-1918), proclamada hoy santa por Benedicto XVI, dedicó su vida a los leprosos de Molokai y es conocida como "la madre de los marginados", por ayudar a los que todos rechazaban.

Bautizada con el nombre de Bárbara Wizenbacher, nació en la localidad alemana de Hesse-Darmstad el 23 de enero de 1838. Proveniente de una familia de agricultores, emigró junto sus padres a Estados Unidos, donde, trabajó en una fábrica de ropa para ayudar económicamente a su familia.

A los 15 años quiso entrar en el convento pero al ser la hija mayor y tener a su cargo a su madre impedida, a su padre inválido y a tres hermanos menores tuvo que esperar nueve años para cumplir su deseo.

En 1860 una rama independiente de las Hermanas de San Francisco de Filadelfia se estableció en Útica y Syracuse, ciudades ubicadas en el área central de Nueva York donde vivía junto a su familia.

Dos años más tarde, a la edad de 24 años, Bárbara Witzenbacher ingresó en la orden y posteriormente emitió la profesión religiosa, tomando el nombre de Maria Anna.

Dotada de cualidades naturales de gobierno, pronto formó parte del equipo directivo de su comunidad, que en 1860 estableció dos de los primeros cincuenta hospitales generales de Estados Unidos, que alcanzaron gran renombre: Santa Isabel de Útica (1866) y San José de Syracuse (1869).

Ambos ofrecían sus servicios a todos los enfermos sin distinción de nacionalidad, credo o color.

A menudo la criticaban por atender a los "excluidos" de la sociedad: los alcohólicos y las madres solteras.

En 1883, cuando las islas Hawai eran una lejana monarquía en el océano Pacífico, respondió a una petición urgente de los reyes de Hawai: se necesitaban enfermeras para los leprosos del país.

"No tengo miedo a la enfermedad. Para mí será la alegría más grande servir a los leprosos desterrados", aseguró la religiosa.

Tras atender a los leprosos de la isla, Maria Anna Cope decidió fundar un instituto para asistir a los hijos de los leprosos.

El postulador de su causa de canonización, el sacerdote Ernesto Piacentini, señaló que la religiosa "dio su vida por curar la lepra, por liberar a Hawai de esta plaga.

Los historiadores de su tiempo se referían a ella como a "una religiosa ejemplar, de un corazón extraordinario".

Su lema, según testificaron las hermanas, era: "Sólo por Dios".

Hoy Benedicto XVI destacó su dedicación a los leprosos de Molokai, "después de que muchos se hubieran negado a ello, poniendo fin de hecho a su contacto con el mundo exterior".

"En un tiempo en el que poco se podía hacer por aquellos que sufrían esta terrible enfermedad, Maria Anna Cope mostró un amor, valor y entusiasmo inmenso. Ella es un ejemplo luminoso y valioso de la mejor tradición de las hermanas enfermeras católicas", subrayó el papa.

El papa recordó que la religiosa cuidó allí al padre Damián, "entonces ya famoso por su heroico trabajo entre los leprosos".

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