Madrid, 9 jul.- Más de 1,6 millones de musulmanes están llamados a celebrar el Ramadán en España, un mes "espiritual y solidario" que comienza hoy y finaliza el 8 de agosto y durante el cual los fieles no pueden comer, beber, fumar ni mantener relaciones sexuales durante las horas diurnas.
El presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), Riay Tatary, explica a Efe que a partir de hoy comienza un mes "solidario y festivo en el sentido espiritual" durante el cual "se renuevan todas las relaciones familiares".
Tatary señala que durante este mes sagrado para los musulmanes, se encuentran exentos del ayuno los niños, enfermos, mujeres embarazadas y en periodo de lactancia y aquellos que padecen alguna enfermedad crónica, como la diabetes.
El Ramadán, cada vez más integrado y normalizado en la sociedad española, resulta sin embargo especialmente difícil de seguir por aquellas personas que trabajan en el campo, un número cada vez más numeroso debido a la crisis económica.
"Pedimos colaboración a los empresarios para tratar este tema con delicadeza", señala Tatary, que propone adelantar el comienzo de las jornadas de trabajo a horas menos calurosas para que los trabajadores musulmanes puedan aguantar mejor y cumplir con el deber religioso.
Para el presidente de la UCIDE, la colaboración con los empresarios es generalmente buena. "Si les explicamos adecuadamente en qué consiste el ayuno y se proponen soluciones para aliviar la situación sin perder ni un minuto de trabajo, lo entienden".
El Ramadán se caracteriza por "la lectura asidua del Corán, la oración y, al ocultarse el sol, la reunión para romper el ayuno en familia y acudir a las mezquitas para cumplir con la oración".
"Es un mes solidario y festivo en el sentido espiritual porque se renuevan todas las relaciones. Las familias intentan romper el ayuno juntos, están en la misma mesa, que comparten también con los allegados a la familia", explica.
En este sentido, Tatary ha animado a la sociedad española no musulmana a compartir esta fiesta y aceptar las invitaciones de quienes celebran el Ramadán para vivir con ellos la ruptura del ayuno.
"Lo que buscamos es la integración y normalización de nuestra vida como ciudadanos musulmanes en la sociedad", reivindica Tatary.
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