Más de medio millón de húngaros viven en el exterior impulsados por la crisis

  • La crisis económica en Hungría ha provocado que más de medio millón de húngaros hayan viajado ya al exterior en busca de un futuro mejor, lo que algunos han calificado como un "éxodo".

Marcelo Nagy

Budapest, 15 abr.- La crisis económica en Hungría ha provocado que más de medio millón de húngaros hayan viajado ya al exterior en busca de un futuro mejor, lo que algunos han calificado como un "éxodo".

Esta cifra es más alarmante aún para el ejecutivo nacionalista conservador del polémico primer ministro Viktor Orbán si se tiene en cuenta que en el país hay 10 millones de habitantes del país, lo que hace que un 5 % haya decidido vivir en el extranjero.

Estos nuevos emigrantes, que han ido saliendo de Hungría desde el inicio de la crisis en 2008, se van ante la falta de perspectivas en el país, considerado en los años noventa el modelo a seguir para superar el comunismo.

El exministro de Economía y actual gobernador del Banco Central, György Matolcsy, muy cercano al Gobierno, presentó la semana pasada los datos que cifraban en medio millón el número de emigrantes, lo que ha causado mucha polémica por ser más de las estimaciones oficiales, que hablaban de entre 170.000 y 300.000 personas.

Aunque es imposible tener números exactos, los expertos estiman que desde 2010 se acelera la emigración magiar hacia el exterior, sobre todo a Alemania, donde en apenas dos años se han radicado unos 70.000 húngaros.

A su llegada al ministerio de Economía de mano del partido conservador nacionalista Fidesz, Matolcsy prometió un millón de nuevos empleos.

El Gobierno de Orbán, que pese a estas promesas no ha logrado en tres años que la economía del país levante cabeza, se encuentra enfrentado a la Comisión Europea por numerosas reformas en la estructuras del Estado, consideradas "antidemocráticas".

En 2009 el PIB del país registró una caída del 6,5 por ciento y pese a que en los dos siguientes años este indicador mostró una leve alza, en 2012 la contracción fue nuevamente del 1,7 por ciento, mientras que para 2013 se pronostica un estancamiento.

Aunque el Gobierno logra mantener el déficit desde hace dos años por debajo del 3 por ciento del PIB, lo hizo sobre todo gracias a medidas extraordinarias como la nacionalización de los fondos privados de pensión.

Mientras tanto, el desempleo subió por encima del 10 por ciento, con cerca del 30 por ciento de los jóvenes sin empleo.

Son precisamente los jóvenes mejor formados los que deciden salir de Hungría para realizarse profesionalmente o simplemente para conseguir un primer empleo.

Zsófia, una experta en informática, decidió partir para Suiza al ver que se iniciaban cada vez menos proyectos y muchos "se iban de la empresa o los despedían. Quise ver cuánto valgo en el mercado laboral internacional", relató a Efe.

Otro de los destinos preferidos es Reino Unido, cuya capital, se ha convertido ya en la quinta "ciudad húngara" del mundo, con más de 100.000 habitantes magiares.

Annamária Molnár, de 26 años, llegó a Inglaterra para perfeccionar su inglés, pero en poco tiempo escaló posiciones en un restaurante de comida rápida.

"Comencé a vivir mi propia vida y ahora ya no veo mi futuro en Hungría", comentó en declaraciones a Efe por correo electrónico.

La prensa local ha comparado la actual ola de emigración con la que se produjo tras la revolución antisoviética de 1956, cuando unos 200.000 húngaros huyeron del país, muchos de ellos a Estados Unidos y Canadá.

"Éxodo mayor que en 1956" o "500.000 emigran por el primer ministro de derechas Viktor Orbán", titularon algunos diarios de izquierda la semana pasada.

Según el Instituto sociológico "Tárki" de Budapest, en enero de 2013 un 16 por ciento de los mayores de edad de Hungría tienen pensando irse a otro país, sea por meses o para siempre.

En el caso de los estudiantes mayores de 18 años ese porcentaje supera el 50 por ciento, aunque no todos dan finalmente ese paso.

No es que los altamente formados sean la mayoría de los que abandonan el país, matizó a Efe Endre Sík, director de Tárki, al subrayar que simplemente se trata de que cuando se van muchos médicos "se nota".

En los últimos cinco años se ha triplicado hasta más de 1.100 el número de médicos húngaros que han solicitado los certificados necesarios para trabajar en el extranjero.

El año pasado, los médicos jóvenes amenazaron al Estado con abandonar el país en masa si no mejoraban sus condiciones laborales.

La amenaza tuvo su efecto y el Gobierno accedió a crear programas especiales de becas para mejorar la situación de los médicos, que en Hungría suelen ganar entre 600 y 700 euros mensuales, lo que no alcanza el salario medio bruto registrado este enero, de 754 euros.

Una miseria si se compara con los 3.800 euros que cobran en Alemania o los 6.000 euros que consiguen de media sus colegas en Dinamarca y otros países escandinavos.

"Veo luz al final del túnel pero no sé si es la salida o un tren" resumió el experto, aludiendo a las dificultades de predecir los procesos de emigración en Hungría.

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