Más inmigración no conlleva un aumento de la delincuencia, según expertos

  • El crecimiento de la población inmigrante en España no ha provocado un aumento de la delincuencia, según un estudio elaborado por profesores de dos universidades españolas y una americana.

Madrid, 25 jun.- El crecimiento de la población inmigrante en España no ha provocado un aumento de la delincuencia, según un estudio elaborado por profesores de dos universidades españolas y una americana.

Existe una percepción social de que el aumento de población inmigrante tiende a elevar la delincuencia pero en el caso español no existe una relación causa-efecto.

Así, según el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), la criminalidad en España es "baja" en comparación con el resto de Europa" y mientras en los últimos años la población inmigrante ha registrado un importante crecimiento, "los índices de delincuencia han aumentado ligeramente".

Este dato, revela una correlación "baja" entre inmigración y delincuencia, ha explicado César Alonso, profesor del departamento de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid y coautor del estudio junto con Pablo Vázquez, de la Universidad Complutense de Madrid y Nuno Garoupa, de la Universidad de Illinois (EEUU).

En su estudio, publicado en la revista American Law and Economics Review, han analizado si dicha correlación supone la existencia de una relación causal entre inmigración y delincuencia y "la conclusión es que no".

En una nota de prensa de la Universidad Carlos III, se explica que los investigadores construyeron un modelo empírico para medir la probabilidad de delinquir según características ambientales e individuales -como el nivel educativo-.

Para ello, utilizaron datos del Ministerio del Interior sobre los delitos cometidos al año en cada provincia en el período 1999-2009; del Padrón y la Encuesta de Población Activa obtuvieron la información sobre la población inmigrante; y tuvieron en cuenta las características ambientales mediante el PIB per cápita y la tasa de desempleo provincial.

También incluyeron la proporción de inmigrantes según su origen y características (edad, sexo, educación e idioma) y detectaron que suele haber más delitos en lugares con más oportunidades económicas, que es donde tiende a concentrarse un mayor número de inmigrantes.

Esto indicaría una correlación positiva entre inmigración y delincuencia, "que podría inducir a atribuir erróneamente un nexo causal entre ambos fenómenos", ha recalcado Alonso.

Sin embargo, al disponer de datos correspondientes a lo largo de varios años, "lograron estimar, de forma consistente, que se trataba de un efecto causal".

El estudio sí confirmó la importancia del idioma y la educación.

Así, entre las personas de habla hispana y, en menor medida, las procedentes de la Unión Europea, hay menos problemas de delincuencia.

Asimismo, el nivel de educación de los inmigrantes, relativamente elevado respecto a los nativos, explica también que el efecto de la inmigración sobre la delincuencia sea moderado, afirman los profesores.

Por otro lado, tal y como ocurre en otros países, la proporción de varones jóvenes se asocia con una mayor tasa de delincuencia, dado que es el colectivo de la población responsable de la mayor parte de los delitos.

A diferencia de EEUU, el fenómeno de entrada masiva de inmigrantes es relativamente reciente en la Unión Europea, particularmente en España, donde ha aumentado desde 2000.

Los resultados españoles, explican, están en línea con la conocida como "paradoja latina" en EEUU, donde a la inmigración procedente de México le siguió una reducción de la delincuencia en algunas áreas, dado que éstos inmigrantes eran una "selección virtuosa" de individuos cuya propensión a cometer delitos era inferior a la de los nativos.

La inmigración no es un fenómeno homogéneo, se compone de colectivos muy diferentes que requieren políticas diferenciadas dependiendo de la problemática asociada a sus características, concluyen los investigadores.

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