Mejora situación de tortuga tinglar en P.Rico por planes de concienciación

  • El tinglar, la tortuga marina más grande del mundo, mejora su situación en Puerto Rico gracias a los planes de las autoridades locales para prevenir los ataques contra los miles de nidos que cada temporada excavan los ejemplares que llegan a las playas de la isla caribeña.

Alfonso Rodríguez

San Juan, 10 jul.- El tinglar, la tortuga marina más grande del mundo, mejora su situación en Puerto Rico gracias a los planes de las autoridades locales para prevenir los ataques contra los miles de nidos que cada temporada excavan los ejemplares que llegan a las playas de la isla caribeña.

El biólogo de la Sección de Especies en Peligro de Extinción del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) de Puerto Rico, Carlos Díez, señaló hoy a Efe que, de hecho, esta tortuga, cuyos mayores ejemplares superan los 2 metros de longitud y los 500 kilogramos de peso, ha pasado de estar considerada una especie en peligro de extinción, a contar con un estatus de especie vulnerable.

El tinglar llega cada temporada a las playas de Puerto Rico -entre los meses de marzo y julio- para anidar en un territorio cada vez más hostil para él, debido a la contaminación lumínica, la creciente urbanización de su costa y la basura acumulada.

El peligro que durante décadas sufrieron los ejemplares de tinglares que arriban cada temporada a Puerto Rico contribuyó a la aprobación, en 1999, de la Ley de Vida Silvestre local, que se sumó así a la Ley de Especies en Peligro de Extinción a nivel federal.

"El objetivo ahora es hacer respetar esas leyes por los cuerpos de vigilantes del DRNA", subrayó este especialista que desde hace años es una de las caras más visibles para la defensa de las tortugas en Puerto Rico.

Díez indicó que otra de las iniciativas que ha contribuido a la mejora de la situación del tinglar en las costas de Puerto Rico es el plan de formación a los ciudadanos sobre la necesidad de respetar a estos animales.

El DRNA promueve también la puesta en marcha de grupos comunitarios repartidos por toda la isla para la defensa del tinglar y otras especies de tortugas, cuyo resultado, dijo, ya es visible.

Díez subrayó que en la mejora de su situación ha influido que década tras década ha ido disminuyendo la demanda de carne y huevos del tinglar gracias a las campañas informativas en marcha y por la normativa introducida para proteger a la especie.

En esta temporada de anidación en Puerto Rico del tinglar, el DRNA ha contabilizado cerca de 2.000 nidos de la especie en las playas locales, lo que según Díez hace pensar que han llegado a este territorio cerca de 200 ejemplares.

Matizó que aunque pueda todavía registrarse la llegada de alguna tortuga se trataría casos aislados, ya que en julio se da por finalizada la época de desove.

Esta especie excava en la arena un hueco del tamaño de su cuerpo, deposita los huevos y los entierra con la ayuda de sus aletas traseras.

La razón de que el tinglar desove en Puerto Rico y en otras áreas cercanas el Caribe responde a la necesidad de que los huevos se incuben durante cerca de 60 días en arenas cálidas.

Raymond Flores, director de la Sociedad Chelonia de Puerto Rico, dedicada a la conservación de tortugas, advirtió hoy sin embargo a Efe que a pesar de la mejora de la situación registrada en los últimos años el tinglar y otras especies de tortugas se enfrentan a situaciones difíciles.

"El tinglar se enfrenta en los últimos años en Puerto Rico a la alta luminosidad que afecta a las playas de la isla, la basura de las costas y, en definitiva, a la reducción de los arenales debido a la expansión urbanística no controlada", dijo el responsable de esta organización que vela por la recuperación de las tortugas.

Dijo que a menudo los ejemplares que llegan a Puerto Rico se desconciertan por la alta luminosidad de las playas, muchas urbanizadas, que alejan a los ejemplares de tinglar.

Las hembras de tinglar prefieren en Puerto Rico para el desove las playas de la costa norte dado que les facilita, por su mayor oleaje, la entrada y salida a la arena.

Los tinglares se reparten por todos los mares del mundo pero buscan las arenas de las zonas cálidas para su reproducción, lo que permite la incubación de los huevos.

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