Mexicana pide refugio en iglesia de EEUU para evitar ser deportada

  • Una madre mexicana pidió refugió hoy en una iglesia de Tucson, Arizona, con el fin de evitar una orden de salida que debe cumplir desde el próximo 8 de agosto.

Tucson (EE.UU.), 7 ago.- Una madre mexicana pidió refugió hoy en una iglesia de Tucson, Arizona, con el fin de evitar una orden de salida que debe cumplir desde el próximo 8 de agosto.

"Es una esperanza para mí y mi familia, una lucha que vamos a seguir hasta el final para poder realizar los sueños de mis hijos y míos (...) esto es una lucha que voy a seguir hasta el final", dijo hoy a EFE Rosa Robles Loreto

Robles, quien reside en Estados Unidos desde hace 15 años, trabaja como empleada de limpieza en casas y oficinas, y se considera una mujer trabajadora y madre responsable que poco a poco ha podido "evolucionar" en este país.

En el año 2010 fue detenida por la Oficina del Alguacil del condado Pima, tras cometer una infracción de tránsito, y luego puesta a disposición de la Patrulla Fronteriza, en virtud de la ley SB1070, que permite a los oficiales policiales cuestionar el estatus migratorio de las personas "sospechosas" de no tener papeles.

"Desde entonces me cambió la vida. Me paró el Sheriff, me pidió licencia, le enseñe la de México, me dijo que si tenía papeles, le dije que no y le habló a la Border Patrol, no me dio ticket. Entonces me enviaron a Eloy y allí estuve detenida por 60 días", contó Robles.

La mexicana salió en libertad bajo fianza para continuar con un proceso de deportación. Mientras ella peleaba su caso, la Oficina de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) negó revisar su solicitud y cerró la vía administrativa. En julio recibió una carta en la que le ordenan salir del país mañana viernes 8 de agosto.

Robles tiene previsto refugiarse con su esposo, Gerardo, y sus hijos Gerardo Jr., (11 años) y José Emiliano (8 años), en la iglesia Southside Presbiteriana, que por segunda vez en los últimos tres meses alberga a un inmigrante que busca evitar la deportación.

Este mismo centro religioso recibió en la década de los años 80 a cientos de centroamericanos que huían de la violencia en sus países, en lo que se conoció como el "Movimiento Santuario".

Alison Harrington, pastora de la iglesia Presbiteriana Southside, dijo que los miembros de su comunidad están honrados de recibir a esta familia, y que han recibido muestras de solidaridad por la acción emprendida.

"Como cristiana y madre veo en Rosa a una mujer que vive con dedicación para proveer a sus hijos incondicionalmente. Separar a esta mujer de ellos es inmoral y reprochable", dijo Harrington.

Por su parte, la abogada Margo Cowan sostuvo que Rosa es una mujer de carácter excepcional y su caso ha debido de haberse cerrado por discreción de las autoridades migratorias hace mucho tiempo.

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