Se llamaba Elwood y en 2007 se convirtió oficialmente en el perro más feo del mundo. Este título le sirvió más tarde para protagonizar un cuento infantil sobre la aceptación.
La mezcla de chihuahua y crestado chino le sirvió para erigirse con el galardón en el concurso que se celebra en California y del que un año antes había quedado en segundo lugar. De color oscuro y sin pelo a excepción de un remolino de pelo blanco en la cabeza, así era el perro más feo del mundo.
Tenía varios motes como Yoda o E.T por su parecido con estos personajes de cine.
Tenía tan solo ocho años pero su dueña, Karen Quigley, aseguró que Elwood arrastraba problemas de salud en los últimos meses y que falleció de manera inesperada
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