Nepal. Los salesianos piden ayuda para salvar la vida de quienes se han quedado en la calle


Los misioneros salesianos en Nepal lamentan que "muchas casas se han derrumbado y la gente no tiene donde cobijarse. Además, en Nepal aún hace frío y han llegado las lluvias”. Así lo confirman los religiosos en un comunicado publicado este lunes sobre la situación que vive el país asiático tras el terremoto del sábado.
Según Jacob Punneli, salesiano que vive en el valle de Katmandú, confirma que los misioneros están atendiendo a 400 familias seriamente afectadas por la catástrofe y que su prioridad es evitar que mueran más personas.
“Se necesitan alimentos, mantas, medicinas, tiendas de campaña, ropa de abrigo… Mucha gente lo ha perdido todo y la lluvia complica más aún la búsqueda de supervivientes y la ayuda a los damnificados”, ha reclamado este misionero.
Los salesianos, que trabajan desde hace 20 años en el país asiático, cuentan con seis obras en Nepal. Dos de ellas están en Katmandú, donde tienen escuelas, centros de formación profesional, centros juveniles y dos centros para personas mayores. Muchas de estas instalaciones han resultado seriamente dañadas, aunque insisten en que la principal emergencia está en ayudar a las personas que se han quedado en la calle.
Por ello, los religiosos están tratando de distribuir ayudas encaminadas a afrontar la emergencia y a "salvar todas las vidas posibles de quienes lo han perdido todo", como alimentos, medicamentos y material que podría ser utilizado para construir un refugio temporal con plásticos o láminas de polietileno.
Mientras, siguen sintiéndose réplicas “y la gente tiene mucho miedo”. “Todo el mundo duerme al raso, los niños y niñas también, por el temor a que se repita”, añadió Punneli.
“Son muchos más los que lo han perdido todo. Tras los primeros momentos de caos, ahora es el tiempo de ver cómo ayudar a toda esa gente”, advierte Ana Muñoz, portavoz de Misiones Salesianas, que invita a la sociedad española a hacerlo a través de la web ‘www.misionessalesianas.org’.
“Desde que ocurrió el terremoto hasta hoy hemos gastado el equivalente de unos 3.000 euros por día. Hay una tienda de comestibles cercana, pero los suministros que tienen durarán pocos días. Después habría que ver si tenemos que traer cosas de la India cuando empiecen a escasear", agregan.

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