Noruega apuesta por la energía generada por el agua de mar para el futuro

  • La primera planta de energía ganada al mar está en Noruega. Aún se encuentra en fase inicial, pero los investigadores del Instituto Noruego de Tecnología afirman que gracias a su nuevo sistema se podría llegar a cubrir el 50 por ciento del consumo energético de la Unión Europea.
Marcus Oscarsson | GlobalPost

(Estocolmo, Suecia).Las aguas dulces que fluyen en un torrente se mezclan con el agua salada del mar, generando una reacción química que produce una presión lo suficientemente fuerte como para mover unas turbinas. Por ahora son unas turbinas pequeñas, pero demuestran el enorme potencial que existe para generar energía en la desembocadura de los ríos.

Cuando los investigadores del Norwegian Institute of Technology (NIT) comenzaron a buscar nuevas y revolucionarias fuentes de energía hace más de una década se fijaron en los 92.000 kilómetros de costa que tiene el país (entre la tierra firme y el archipiélago en de Svalbard en el océano Ártico).

En 2009, la princesa Mette-Marit inauguró la primera planta mundial de energía del mar y bebió una taza de té hecha con agua hervida en una tetera calentada por electricidad generada por ósmosis (proceso en el que el agua se disuelve con una sustancia semi permeable produciendo una nueva sin gastar energía).

“Potencialmente se podría cubrir el 50 por ciento del consumo actual de energía de la Unión Europea”, asegura Stein Erik Skillhagen, director de la planta, que está en un fiordo a unos 60 kilómetros al sur de Oslo.

La planta utiliza la ósmosis para generar electricidad: el agua dulce y el agua salada son guiadas hacia cámaras separadas, divididas por una membrana artificial. A continuación, el agua del río es dirigida hacia la del mar, y esa presión en la cámara del agua salada genera una presión que mueve las turbinas generadoras de electricidad.

“El agua del mar atrae al agua dulce. Se alcanza un equilibrio entre los dos fluidos. Esto incremente el nivel del agua del mar, y se produce la presión”, explica Skillhagen.

El concepto de energía osmótica fue descubierto en la década de 1970 por el ingeniero químico estadounidense Sidney Loeb, de la Universidad de California, quien murió en 2008, un año antes de que su invento se tradujese finalmente en la primera planta energética de agua de mar.

El NIT se ha asociado con Statkraft, la empresa estatal energética de Noruega que es el tercer suministrador de energía de Escandinavia, con una producción anual de 43 teravatios por hora. La planta de agua de mar produce una cantidad muy pequeña de energía: cuatro kilovatios, suficientes para encender una cafetera.

Pero el objetivo para 2012 es que se produzcan 25 megavatios, lo mismo que una pequeña planta de molinos de viento que puede dar energía a 30.000 hogares.

El principal atractivo de la energía osmótica es que prácticamente no se producen daños colaterales en su generación: no hay contaminación ni un alto impacto. Sus defensores aseguran que es una fuente de energía de potencial casi ilimitado, ya que sólo se necesita una franja de costa cercana a un lago o un río.

Pero todas las soluciones alternativas de energía tienen sus detractores, y esta no es una excepción. Las críticas que se le hacen son fundamentalmente tres: es un sistema caro, por la tecnología avanzada que utiliza y el alto precio de las membranas; las membranas (fundamentalmente de plástico polietileno) son ineficientes y, por último, el escaso número de fabricantes de membranas es un riesgo para el negocio.

Statkraft asegura que puede recuperar la inversión si el precio de la electricidad llega al menos a 78 euros el megavatio por hora. Pero el precio actual en Noruega no supera los 45 euros. Statkraft también admite que las membranas necesitan ser cinco veces más eficientes de lo que lo son ahora.

Además, ya que el mercado de este tipo de plantas todavía es muy limitado, hay muy pocos fabricantes de estas membranas, con lo que es difícil que aumente la calidad y bajen los precios. Statkraft fabrica por su cuenta las membranas que necesita actualmente para su planta.

Por otra parte, los impulsores de la planta dicen que los noruegos pueden hacer que la energía osmótica sea un éxito comercial, y que puede ser un gran avance en la búsqueda global de soluciones energéticas.

“Realmente necesitamos aumentar el ritmo para poner esta tecnología en el mercado”, reconoce Skillhagen. “Tenemos que hacer esto mucho más rápido de lo que lo hicimos con la energía solar y la eólica”.

“La energía del agua del mar es una fuente que puede suministrar cantidades estables de energía, algo que por ejemplo no pueden hacer el mar y las olas debido a su variación por las condiciones climáticas. Si se combinan todas estas fuentes se puede lograr un mix energético de gran importancia en el futuro”, añade.

Tras el descubrimiento de unos grandes depósitos de petróleo en la década de 1970 Noruega experimentó un rápido crecimiento económico. Séptimo exportador de petróleo del mundo y segundo de pescado, el reino escandinavo es considerado el país más rico del planeta, con la mayor reserva de capital per cápita, según el informe World Economic Outlook 2009 del Fondo Monetario Internacional.

La extracción de petróleo de Noruega alcanzó su punto álgido en el año 2000, y desde entonces ha ido disminuyendo lentamente al tiempo que van aumentando los intereses en las energías alternativas, como la del agua del mar.

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