Pastor pentecostal y fieles siguen encerrados en templo rodeado por policías

  • Un pastor pentecostal sigue aferrado hoy a su encierro voluntario junto a unos 60 fieles en un templo situado en la barriada del Centro Habana, que permanece por tercer día consecutivo rodeado por un cordón policial en varias manzanas y limitado al tránsito de vehículos y transeúntes.

La Habana, 11 sep.- Un pastor pentecostal sigue aferrado hoy a su encierro voluntario junto a unos 60 fieles en un templo situado en la barriada del Centro Habana, que permanece por tercer día consecutivo rodeado por un cordón policial en varias manzanas y limitado al tránsito de vehículos y transeúntes.

La policía solo está permitiendo el paso a residentes de los alrededores y dijo a corresponsales extranjeros que no podían facilitarle acceso al lugar y que para acercarse a la zona debían dirigirse a la dirección nacional de ese organismo para solicitar información.

La versión más repetida por los vecinos sobre el caso es que el pastor de esa iglesia, Braulio Herrera, fue "separado" por las autoridades de la denominada "Asambleas de Dios", organización cristiana de la fe evangélica pentecostal, considerando que se había alejado de su doctrina.

Hasta ahora, ninguna autoridad de la Iglesia pentecostal en la isla se ha pronunciado públicamente respecto a esta circunstancia que de acuerdo con testimonio de vecinos de la zona comenzó a finales del pasado mes de agosto.

Un vecino que prefirió no identificarse dijo a Efe que "es importante la contribución para que todo cese y se produzca un entendimiento entre ellos y termine esto".

El hombre refirió que alrededor de 60 seguidores, entre ellos unos quince niños de entre 3 y 16 años, acompañan al pastor en su encierro, aunque en principio "eran como 200, pero hace unos días él abrió las puertas de la iglesia para los que quisieran salir".

"Él (el pastor) se preparó para esto desde hace semanas, con grandes cantidades de comida y los ha convencido (a los fieles) de que permanezcan ahí hasta la muerte si es necesario porque van a encontrar a Dios", añadió.

Asimismo, una mujer que se encontraba apostada bajo un portal aledaño a una de las bocacalles limitadas al paso de vehículos y transeúntes por efectivos de la policía opinó que el pastor y sus acompañantes "son reaccionarios, eso que están haciendo es contrarrevolución".

Otra persona que vive en una calle de los alrededores, consultada por Efe, consideró que se trata de "un acto de fanatismo, ese hombre se ha tomado atribuciones que no son las más acertadas", comentó.

También se quejó de esta situación "que nos demora en resolver situaciones personales, tenemos que caminar más para ir a la bodega, la farmacia y hasta la tienda en divisas no abrió este domingo, parece que por esa causa".

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