Patriarca ruso insta a potencias a buscar acuerdo en Medio Oriente

"Lo que está pasando en Siria y alrededor de Siria no puede ser un lugar de un conflicto entre Oriente y Occidente. No pueden aparecer allí las semillas de un posible nuevo conflicto mundial", precisó el líder religioso de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

El viernes en Cuba, Kirill sostuvo una histórica reunión con el papa Francisco para dejar atrás un milenio de discordias eclesiales y emitieron una declaración ecuménica contra la guerra, el terrorismo, y en favor de la paz y la familia.

"Todos los interesados en triunfar sobre los terroristas tienen que actuar conjuntamente y tener un solo objetivo", subrayó Kirill en Asunción, recordando que el papa coincide con él y lo expresaron en la declaración conjunta de La Habana.

En un mensaje en el Palacio de Gobierno, en presencia del presidente de Paraguay, Horacio Cartes, el líder religioso dijo que su encuentro con el jefe del catolicismo fue "una conversación profunda, seria, de dos horas".

"Hemos hablado de toda esta tragedia que tiene lugar ante nuestros ojos en Medio Oriente, especialmente en Siria. Tenemos que hablar en voz alta. ¡Son tierras donde nació el cristianismo y donde (hoy) los cristianos son perseguidos y son forzados a huir!", enfatizó.

Aseguró que "la maldad viene de los terroristas (...) Están dispuestos a destruir y acabar con todos los que no comulgan con ellos (...) Ellos ponen la bomba, exterminan...".

La autoridad eclesiástica recordó la tragedia del avión ruso derribado con un misil, que dejó 240 muertos: "No tenían ninguna culpa", expresó.

También planteó que "Europa no puede perder sus raíces cristianas. El proceso de la pérdida del fundamento cristiano es peligroso porque se cambia la imagen espiritual y cultural de la sociedad europea".

Reveló, además, haber hablado con Francisco "sobre la crisis en Ucrania". "Ambos estamos convencidos de que la Iglesia no puede tener otro mensaje que la paz", indicó.

"Llamamos a la juventud cristiana a tomar la responsabilidad sobre el futuro", observó.

El patriarca se despidió de Paraguay con elogios a "la valentía de los inmigrantes rusos que se aventuraron en esta región sin conocerla", huyendo de la revolución rusa de 1917.

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