La persecución policial de marroquíes puede llevar a una radicalización en España que ahora no existe, según un experto

La persecución policial de marroquíes puede llevar a una radicalización en España que ahora no existe, según un experto
La persecución policial de marroquíes puede llevar a una radicalización en España que ahora no existe, según un experto
EUROPA PRESS
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El catedrático de Sociología en las universidades de Princeton y Miami Alejandro Portes, ha advertido este miércoles de que la persecución policial de jóvenes hijos de inmigrantes marroquíes puede llevar a una radicalización en España que ahora no existe, por un fenómeno de "etnicidad reactiva", es decir, la respuesta de un colectivo que se sabe y se siente hostigado por la masa social dominante.

Lo ha explicado en rueda de prensa en la Fundación BBVA, donde ha dado cuenta de algunos de los detalles del macro trabajo 'Legacies', un análisis del proceso de integración de las segundas generaciones de inmigrantes elaborado con entrevistas a los mismos grupos de personas a lo largo de 20 años que ha culminado ya en Estados Unidos y que se encuentra en su tercera y última fase en España, país con el que compara los resultados.

En concreto, se recabó información sobre 7.300 jóvenes hijos de inmigrantes y nativos entre 12 y 17 años de edad residentes Madrid y Barcelona en dos oleadas, 2008 y 2012, haciendo un seguimiento posterior de los individuos y remplazando a los ilocalizables, junto a 1.800 padres de estos adolescentes. Se concluyó que tenían un alto grado de identificación con España que iba creciendo según pasaban los años.

En la actualidad, se está elaborando la tercera oleada repreguntando por su situación a estas mismas personas. Portes ha avanzado que durante el trabajo de campo los investigadores se han encontrado con algo "un poco preocupante": entre los encuestados de origen marroquí "hay quejas de ser continuamente perseguidos o seguidos por la policía, que sobre todo en Barcelona, les piden las identificaciones".

"Jóvenes que están en la universidad y que están tratando de hacer sus vidas con normalidad, le dicen a nuestros encuestadores que son españoles y musulmanes y que dónde se van a meter si la situación sigue así", ha explicado el experto.

Según ha dicho, "el esfuerzo de las autoridades por la seguridad pública lleva quizá a determinada persecución de un colectivo que puede llevar a una profecía autorrealizada, es decir, que ese colectivo reaccione como lo han hecho inmigrantes de segunda generación en otros países, respondiendo a este proceso con una radicalización".

Portes sostiene que en España se ha producido una integración "exitosa", "suave" y "sin conflictividad" de los hijos de los inmigrantes porque no se ha impuesto desde la Administración un modelo de integración como sí han tratado de impulsar en otros países obligando a los foráneos a dominar el idioma, suscribir contratos de integración y compromisos de participación y a convertirse, en definitiva, en ciudadanos de ese país rápidamente y por imposición. Aquí, dice, primó el "dejar hacer", sumado al esfuerzo de la escuela, que fue "proactiva" al integrar a los hijos de los extranjeros.

Además, indica que no se ha producido una reacción social de rechazo que haya generado categorías para los inmigrantes como sí se ha visto en Estados Unidos, donde hay una mayor identificación entre estos colectivos con etiquetas panétnicas creadas por los autóctonos, como "hispano" o "latino" que incluso con los países donde nacieron sus padres o la nacionalidad estadounidense que ostentan. El 62% de los adolescentes hijos de inmigrantes se sienten discriminados, cuando en España son el 5,1%, misma proporción que entre los hijos de españoles.

El resultado en Estados Unidos es la formación de pandillas, según el experto, el vehiculo de la frustración de estos jóvenes con sus consecuencias en términos de abandono escolar y seguridad ciudadana, pero "en el contexto europeo lo que puede pasar es más serio" porque allí "no existe" una corriente de corte religioso capaz de reconducir este sentimiento hacia el radicalismo.

MAYOR RECHAZO, MAYOR RADICALIZACIÓN

Por eso, incide en lo esencial de mantener ese "dejar hacer" a las segundas generaciones de inmigrantes porque "están incorporados ya al universo de los jóvenes en general, sin diferencia entre los nativos en su vida cotidiana" y señalarles puede generar esa etnicidad reactiva que se agudiza en la medida "en que hay mayor rechazo".

"Por supuesto, las autoridades tienen todo el derecho a monitorear lo que ocurre pero no vemos que haya una hostilidad militante hacia la sociedad española, un deseo de escaparle y promover una moral superior a través de una religión. Esto no existe y es mejor no promoverlo porque en estos casos, puede dar un resultado muy preocupante ya que la etnicidad reactiva se crea como respuesta a lo que los hijos de inmigrantes perciben de la actitud de la sociedad receptora", ha señalado.

Se ha referido en esta línea a la proliferación de partidos de ultraderecha en Europa o al fenómeno del Brexit en términos de "demonización de la inmigración" para alertar de que "se producen círculos viciosos en que la sospecha o el temor de los ciudadanos nacidos en el país lleva a rechazar o a apartar a un determinado colectivo". "Ese rechazo o segregación genera una reacción igual de contraria de enfrentamiento que puede ser reinterpretada si existe una ideología que lo haga", ha destacado.

ESPAÑA PODRÍA "SACRIFICAR" SUS LOGROS EN INTEGRACIÓN

"Es la profecía autorrealizada-- ha añadido el profesor Portes--. Uno empieza a perseguir y denigrar a determinado grupo y ese grupo se defiende de una forma u otra. Cuando se ataca sistemáticamente a determinado grupo la reacción va a venir. La etnicidad reactiva puede hacerse peor por el ataque de determinados grupos reaccionistas".

En su opinión, "es posible interpretar la radicalización de jóvenes de segunda generación como una variante extremadamente seria de la etnicidad reactiva". "Es oportuno señalar en este caso que la mayoría de los atentados terroristas en Europa son cometidos no por inmigrantes de primera generación sino por jóvenes nacidos en el país, franceses, holandeses, ingleses, suecos que son hijos de inmigrantes educados y fluentes en la lengua del país", ha añadido.

Según ha explicado, "afortunadamente para España esto no ha ocurrido en gran medida" y no ha habido etnicidad reactiva, lo que es "un logro del país" y del que puede "mostrar algunas lecciones importantes" en Europa. No obstante, asegura que "es posible sacrificar" lo conseguido "si no se continúa en esta línea de tolerancia y se permite a los grupos que vayan tomando su nivel de integración".

El pasado 30 de junio Portes impartió la conferencia 'La Inmigración y sus secuelas: Estudiando la Segunda Generación en España', con la que se inauguró el XII Congreso Español de Sociología, organizado por la Fundación Española de Sociología con la colaboración de la Fundación BBVA. En la rueda de prensa Portes estuvo acompañado por el presidente de la Fundación Española de Sociología, Manuel Fernández Esquinas, y por el director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo.

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