Polémicas por estocada de Francisco contra alcalde de Roma

  • La estocada del papa Francisco contra el alcalde de Roma, Ignazio Marino, entre los políticos más impopulares de Italia, generó polémicas por la injerencia que para algunos cometió el pontífice.

"El papa bajó de la cátedra para inmiscuirse en los talleres secretos de la política italiana", escribió el editorialista, Massimo Gramellini, del diario La Stampa.

"Francisco violó todos las reglas del juego y de la misericordia", agregó Gramellini, entre los pocos columnistas que condenan las palabras del papa contra el alcalde de la capital italiana.

Blanco de todo tipo de críticas desde que fue elegido en junio del 2013 por el mal manejo de la capital italiana, sumida en un gigantesco escándalo por filtración de una mafia local especializada en ganar las licitaciones públicas, Marino es el político menos popular de Italia pese a haber ganado las elecciones por sus posiciones progresistas a favor de la eutanasia y el testamento biológico.

La presencia de Marino el domingo en Filadelfia para asistir a las Jornadas Mundiales de la Familia presididas por Francisco no fue apreciada por el jefe de la Iglesia católica.

"Yo no invité a Marino. ¿Claro?", declaró Francisco interrogado el lunes por la prensa italiana durante el vuelo papal que lo conducía de regreso a Roma.

Una pregunta envenenada porque Marino nunca dijo que iba a asistir a la misa de Filadelfia por invitación del papa, como fue formulada la pregunta.

"El papa excomulgó a Marino.¡Que vergüenza!", tituló el diario romano conservador Il Tempo, de propiedad de Silvio Berlusconi, que no ahorra ataques contra el alcalde.

La irritación del papa hacia el alcalde para muchos observadores viene desde hace muy lejos.

"Ni yo, ni los organizadores, a los que les pregunté, lo invitaron. Dice que es católico y fue espontáneamente" a Filadelfia, agregó Francisco con tono tajante.

"El papa ha sido poco misericordioso con el alcalde", sentenció por su parte el diario La Repubblica.

El tono del papa argentino, que ha lidiado por años con los políticos de su país, fue interpretado como una clara manifestación de censura al alcalde, en un momento delicado para la ciudad, que se prepara a recibir a partir del 8 de diciembre a unos 20 millones de peregrinos para el Jubileo.

"Francisco despidió al alcalde", sostiene La Repubblica, que no excluye una trampa mediática para desprestigiar a Marino, quien tiembla desde hace meses en el cargo.

Acusado de poca preparación y coordinación ante las múltiples actividades religiosas programadas para el Jubileo, Marino tiene problemas para mantener el diálogo con el Vaticano.

Las tensiones entre el papa y el burgomaestre iniciaron el año pasado al término del Sínodo de Obispos en octubre de 2014.

Según fuentes religiosas, que asistieron al momento, el papa contó ante algunos obispos que su secretario había recibido la víspera una llamada del alcalde de Roma en la que le informaba que estaba por reconocer los matrimonios de homosexuales celebrados en el exterior.

El alcalde Marino indicó en efecto que 16 matrimonios homosexuales habían sido reglamentados, pese a que la ley italiana no lo permite.

El secretario del papa le recordó al alcalde que el anuncio coincidía con el fin del sínodo sobre la familia, a lo que el alcalde respondió que por ello informaba a Francisco con antelación.

"Se burla de nosotros!", reaccionó indignado el papa ante los cardenales y obispos, según recordaron algunos.

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