De padre alemán y madre franco-suiza, PPK es primo materno del director de cine Jean-Luc Godard, nació en Lima, y es un político de amplia trayectoria. Se educó en Inglaterra, Suiza y Estados Unidos y, aunque su español es perfecto, su acento refleja sus años pasados en el extranjero.
Este hombre poco efusivo de hablar pausado y reflexivo, no ve en su edad ningún problema. "Yo no me voy a desgastar, como tengo mucha experiencia creo que me va a ir muy bien", dice a la AFP tras recorrer un mercado de la popular zona norte de la capital, en plena campaña pese a que ésta todavía no ha comenzado oficialmente.
PPK va segundo en los sondeos, con casi un 16% del apoyo popular, con su partido "Peruanos Por el Kambio", que coincide con sus iniciales.
En 2011, estuvo a punto de pasar al balotaje. Pese a su capital político, aún lucha por revertir la imagen de 'gringo' alejado de las clases populares.
"Con este señor nos venden a todos, al Perú por completo", dice un cliente del mercado que PPK visita. Miembro del directorio de varias empresas, tiene el sambenito de 'lobista' que sus adversarios le recuerdan.
En los últimos años PPK ha recorrido el Perú profundo, aunque asegura que lo conoce desde pequeño. Nacido en Lima, acompañó cuando niño a su padre médico, un experto en enfermedades tropicales, a atender a la población de la selva peruana.
Ostenta la ciudadanía estadounidense, algo que muchos peruanos recelan. En 2000, el hoy condenado por crímenes contra los derechos humanos, Alberto Fujimori, usó su ciudadanía japonesa para librarse temporalmente de la justicia peruana.
"En cuanto formalice mi candidatura, dejaré el otro pasaporte. Además, en Estados Unidos hay 2 millones de peruanos que se fueron debido a las pésimas políticas que había hace 25 años y que han tenido que sacar un pasaporte. No soy el único", explicó.
A su equipo local se han sumado los brasileños Renato Pereira y Francisco Méndez, de la firma Prole, los mismos que apoyaron al brasileño Aécio Neves y al venezolano Enrique Capriles cuando eran candidatos presidenciales en sus respectivos países.
PPK, concertista de flauta traversa del Royal College of Music, cambió la música clásica por los huainos, que ahora toca en videos de amplia difusión en redes sociales. Aparece también adoptando una mascota abandonada y pidiendo a sus seguidores que le ayuden con el nombre.
Para las elecciones de abril de 2016, que deben convocarse en noviembre, Keiko Fujimori lidera las encuestas con 33%, un voto cautivo heredado de su encarcelado padre, a quien sus adeptos consideran como el que venció a las guerrillas Sendero Luminoso y MRTA y reactivó la economía.
Pero nada está dicho. "El voto decidido en Perú hasta el momento es del 30% del electorado. El 50% usualmente decide en el último mes. Es una gran incógnita", dice a la AFP Luis Benavente, director de la consultora Vox Populi.
Segundo figura PPK, con ventaja sobre el expresidente Alan García (7,8%), que aspira a un tercer mandato, aunque con una imagen desgastada por una investigación sobre indultos a narcotraficantes en su segunda gestión. Le sigue el expresidente Alejandro Toledo (5,3%), también golpeado por una investigación de lavado de activos.
"Hay un agujero negro de insatisfacción contra el sistema político que arrastra a muchos peruanos, esto puede beneficiar a candidatos independientes que hoy están abajo en las encuestas", agregó Benavente.
"En el caso de PPK, este no tiene un voto aún consolidado. Hay que ver cómo viene la campaña, que recién va a empezar", comentó.
PPK, casado y con cuatro hijos, fue ministro de Energía y Minas en los años 80 y jefe de ministros y ministro de Economía durante la gestión de Toledo (2001-2006), donde inició una próspera década para las finanzas peruanas.
"Tenemos que resolver tres problemas: seguridad ciudadana, economía frenada y falta de inversión social", aseguró.
Hoy en proceso de desaceleración, cree que la economía peruana necesita una reforma que amplíe la base tributaria.
"Las pequeñas empresas tienen que tener un trato especial si se formalizan, y las grandes, menos impuestos si reinvierten sus utilidades", explicó.
Otro de los cuestionamientos que ha recibido, es que sus medidas reactivadoras pueden perjudicar derechos laborales. "Esas son tonterías", responde.
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