Johannesburgo, 25 jul.- El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, llegó hoy a las Seychelles para mediar entre el depuesto presidente de Madagascar, Marc Ravalomanana, y el gobernante de facto, Andry Rajoelina, con el fin de alcanzar un acuerdo que impulse la transición política malgache.
Zuma está acompañado de su ministro de Seguridad del Estado, Siyabonga Cwele, y su viceministro de Exteriores, Marius Fransman, que participa desde ayer en las conversaciones como enviado especial de Sudáfrica, informó el Gobierno de Pretoria en un comunicado.
El mandatario sudafricano acude a las Seychelles en calidad de presidente de la "troika" (Sudáfrica, Zambia y Tanzania) de la Comunidad para el Desarrollo del África Meridional (SADC), encargada de mediar en el conflicto malgache tras el golpe de Estado de 2009.
Ravalomanana y Rajoelina, reunidos desde ayer en Seychelles, tienen la tarea de forjar un acuerdo en la jornada de hoy.
El encuentro viene precedido de un motín militar que se saldó con tres muertos el pasado domingo en un cuartel malgache cercano al aeropuerto de Antananarivo, lo que no impidió que Rajoelina abandonase el país para participar en las negociaciones.
El cara a cara entre los mandatarios se produce apenas una semana después de que la SADC diera un ultimátum a las partes en conflicto para lograr un acuerdo antes del 31 de julio.
El expresidente Ravalomanana fue derrocado en 2009 tras un golpe de Estado respaldado por el Ejército, que colocó en el poder a Andry Rajoelina, un antiguo pinchadiscos convertido en político.
La SADC estableció una hoja de ruta en noviembre del año pasado, que preveía la celebración de elecciones en 2012, con un Gobierno de Transición dirigido por Rajoelina.
Ravalomanana ha sido condenado a cadena perpetua en Madagascar por la muerte de 30 manifestantes de la oposición asesinados por la Guardia Presidencial en febrero de 2009, antes del golpe de Estado, cargos que él considera infundados.
El mandatario depuesto, exiliado en Sudáfrica, ha tratado de regresar en dos ocasiones a la isla, pero no ha logrado aterrizar debido a las amenazas de detención y el riesgo de enfrentamientos entre partidarios de ambas facciones.
Desde el golpe de Estado, el régimen de Rajoelina está sometido al ostracismo internacional y suspendido dentro de la Unión Africana y la SADC mientras no se restablezca el orden constitucional.
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