Primera acusación de genocidio en Rumanía desde la Revolución de 1989

  • El antiguo director de una cárcel de presos políticos de la época comunista en Rumanía ha sido acusado de genocidio por la muerte de numerosas reclusos, informó hoy la Fiscalía General del país balcánico.

Bucarest, 3 sep.- El antiguo director de una cárcel de presos políticos de la época comunista en Rumanía ha sido acusado de genocidio por la muerte de numerosas reclusos, informó hoy la Fiscalía General del país balcánico.

Alexandru Visinescu, de 88 años, dirigió entre 1956 y hasta su cierre en 1963 el temido centro penitenciario de Ramnicu Sarat, situado en la parte oriental de Rumanía.

Se trata de la primera acusación de este tipo que se presenta oficialmente en Rumanía desde la Revolución anticomunista de 1989, cuando el exdictador Nicoale Ceausescu y su mujer, Elena, fueron juzgados y fusilados por crímenes contra la humanidad.

La falta de cuidados médicos, la degradación de la salud de los prisioneros mediante una mala alimentación, celdas gélidas, palizas y castigos aplicados de manera discriminada y abusiva son algunas de las acusaciones que la fiscalía ha presentado ante el Tribunal de Justicia y Casación.

Visinescu, quien se encuentra en libertad, conoció las imputaciones en la propia sede de la Fiscalía General con motivo de la denuncia presentada por el Instituto de Investigación de Crímenes del Comunismo (IICC), informó la agencia de noticias Mediafax.

"Desde este momento, nada nos parará para identificar y acusar a los criminales", declaró a la cadena de televisión Digi24 el jefe del IICC, Andre Muraru.

Según el Código Penal rumano, la acusación de "genocidio" conlleva a penas de entre 5 y 20 años prisión.

La Fiscalía rumana, que no ha precisado cuándo podría comenzar el juicio, interrogó en julio pasado al único superviviente de los presos de Ramnicu Sarat.

Según Mediafax, el antiguo disidente Valentin Cristea describió ante los fiscales con detalle las reprimendas sufridas supuestamente por Visinescu, y cómo el frío y el hambre completaban un cuadro sombrío en esa cárcel.

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