Así, un total de 15 docentes del centro investigan las posibilidades de las nuevas metodologías de aprendizaje con objeto de facilitar a los alumnos, desde que se inician en la escritura, las herramientas necesarias para que no cometan faltas de ortografía.
La disgrafía disléxica es un trastorno del lenguaje específico que puede definirse como el conjunto de errores que afectan a la escritura de las palabras y se manifiesta en la dificultad que presentan muchos alumnos para escribir de manera ortográficamente adecuada.
Los docentes que participan en el proyecto se centran en la problemática de la enseñanza de la ortografía en los primeros años de escolarización, aplicando el conocimiento de la neurociencia al aprendizaje de la forma correcta de las palabras por parte de los alumnos.
A través de este trabajo pretenden facilitar y proporcionar al profesorado nuevos recursos, herramientas y tecnologías del aprendizaje para ayudar a los niños a fijar la ortografía de las palabras, según han informado fuentes del Gobierno regional en un comunicado.
Se trata de que, al acabar el proceso de aprendizaje, los alumnos sean capaces de redactar, escribir y resumir diferentes textos significativos en situaciones cotidianas y escolares, de forma ordenada y adecuada. Para ello, se utiliza la planificación y revisión de los textos, además de trabajar en las normas gramaticales y ortográficas y en los aspectos formales, tanto en soporte papel como digital.
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