¿Qué es el vértigo?

El vértigo es una palabra que relacionamos a cierto temor o ansiedad cuando estamos subido a una cierta altura y nos da la sensación que nos vamos a precipitar al vacío. En realidad la esa sensación de mareo que sentimos cuando tenemos miedo a caernos desde alguna altura, es en términos científicos fobia a las alturas. Ante esa sensación de miedo el cerebro alerta al cuerpo y nos crea esas sensaciones de ansiedad intensa.

Pero existe otra forma de definir la palabra vértigo. Es el que realmente se define como vértigo desde el punto de vista biomédico. Vértigo que podemos sentir sentados o simplemente caminando tranquilamente por la calle. Es sobre ese vértigo, el vértigo considerado como tal, sobre el que hoy versa este capítulo semanal de la salud de Teinteresa.

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El vértigo es una sensación de mareo que podemos sentir como una especie de sensación de ilusión de movimiento, en el que el entorno puede llegar a girar alrededor nuestro. Muchas veces, sobre todo cuando ocurre de forma puntual, no lo damos mucha importancia y no lo asociamos a ninguna causa concreta. Sin embargo, existen muchas causas motivantes del vértigo, pero en general todas ellas afectan a una región del oído, en concreto del conocido como oído interno, que se llama sistema vestibular. El sistema vestibular es el responsable de coordinar que mantengamos el equilibrio y la sensación de situación espacial.

El sistema vestibular está compuesto por una serie de canales que se conocen como canales semicirculares que están llenos de un líquido que se llama endolinfa. El movimiento de este líquido, la endolinfa, en los canales es lo que a nosotros nos produce tener la percepción de equilibrio.

Existen diferentes causas que pueden afectar al sistema vestibular y por lo tanto inducir la sensación de vértigo. Una de de las más frecuentes son las infecciones. Si hay una infección, provocada por un virus o una bacteria, en el oído interno, está puede producir la inflamación del nervio de vestibular que es el nervio que lleva la información del equilibrio desde el oído interno al cerebro. Esta inflamación del nervio vestibular nos provocaría la sensación de vértigo.

También, la tensión arterial tiene influencia en la sensación de vértigo. Esto puede ocurrir con mayor frecuencia en personas mayores que toman medicación para regular su tensión arterial y pueden sentir la sensación de mareos al ponerse de pie, precisamente por una bajada brusca de la tensión arterial. A esto se le llama hipotensión ortostática.

Existe una enfermedad específica que provoca sensaciones de vértigo. Esta enfermedad se llama enfermedad de Ménière. La enfermedad de Ménière produce sensación de vértigos acompañados de nauseas e incluso escuchar zumbidos. Los zumbidos en términos técnicos se llaman tinnitus.

Hasta el momento se desconoce cual es la causa de la enfermedad de Ménière, aunque hay expertos que defienden que se debe a un exceso de líquido (endolinfa) dentro de los canales del oído interno del sistema vestibular. Demasiada cantidad de endolinfa puede producir edemas en el oído interno y alterar la información que llega desde el nervio del oído al cerebro. Cada año unas 100.000 personas, generalmente adultos de entre 30 y 50 años años, sufren la enfermedad de Ménière. Generalmente los síntomas comienzan con taponamientos de un oído y pérdidas de audición en este.

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Dice la historia que Prosper Ménière, un médico francés, fue el primero en describir la enfermedad. También dice la historia que las figuras distorsionadas que pintaba Van Gogh representaban personas que sufrían esta enfermedad, ya que el dolor de quienes la sufren es intenso. Esto ha hecho pensar a muchos expertos que el propio genial pintor también sufría enfermedad de Ménière.

Prosper Ménière no tuvo una vida profesional sencilla. Nació en Angers, Francia, un 18 de Junio de 1799 y quiso la historia que ese mismo año Napoleón Bonaparte comenzó a gobernar en Francia. En el año 1861 presentó la hipótesis de que el vértigo no era fruto de apoplejía cerebral o epilepsia, como se defendía en la época y dijo que era un problema del oído interno. Fue entonces muy criticado por sus contemporáneos y no pudo entrar nunca como miembro en la Academia Nacional de Medicina de Francia.