¿Quién será el próximo presidente que tenga que lidiar con la peligrosa Corea del Norte?

  • Siete meses antes de que los surcoreanos elijan a su próximo presidente, parece que la aspiración del actual líder Lee Myung Bak para repetir no le va a resultar nada fácil.

2012 Seoul Nuclear Security Summit Concludes
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Justin McCurry, Seúl (Corea del Sur) | GlobalPost

Entre los cientos de rumores que rrecorren el país, pocas cosas son tan claras como que el ganador de las próximas elecciones presidenciales de Corea del Sur no será el actual presidente. Y eso, pese a su insistencia en repetir candidatura.

Lee tiene prohibido por la Constitución aspirar a un segundo mandato, pero el legado de sus accidentados cinco años en el Gobierno está demostrando ser crucial para el destino de los hombres, y la mujer, que aspiran a sustituirle en la Casa Azul.

Se esperaba que los votantes castigarían a su formación, Saenuri, en las elecciones a la Asamblea Nacional el mes pasado, pero finalmente lograron mantener la mayoría por escaso margen.

En lugar de servir para dar una pista sobre quién podría liderar Corea del Sur el próximo año, el resultado tan sólo ha generado aún más confusión.

En los días previos a la votación, las encuestas indicaban una enorme desafección hacia la Administración Lee entre los votantes más jóvenes, que veían a su partido como el aliado natural de los poderosos conglomerados "chaebol" del país (monopolios controlados por importantes familias), en un momento en el que la cuarta economía de Asia se enfrenta a una creciente brecha en los ingresos y a una fuerza laboral que decrece.

Si las reacciones electorales habituales aplicasen en este caso, las tensiones con el Norte, así como el renovado temor a los programas misiles y nucleares de Pyongyang, habrían beneficiado a la oposición.

Y mientras surgen destellos de una ligera, pero clara, apertura en Corea del Norte bajo el nuevo liderazgo de Kim Jong Un, en el sur de la frontera parece haber ganas de un líder más dispuesto a reabrir la puerta de la ayuda y el diálogo.

Los analistas dicen que la campaña presidencial probablemente se centre en la economía y la división social, lo que podría acarrear aún más problemas para los conservadores en el Gobierno.

La aparente obsesión de la administración Lee con el crecimiento basado en el libre comercio convence a las multinacionales surcoreanas, pero preocupa a aquellos de los 50 millones de personas del país que todavía no han sentido los supuestos beneficios del acuerdo comercial.

Al descontento popular con el tratamiento favorable hacia el chaebol bajo el mandato de Lee, se suma la preocupación por la creciente brecha entre los ingresos y las pobres perspectivas laborales para los jóvenes, según subraya además un reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

En ese marco, los políticos de la oposición creen que se están dando las condiciones para un cambio de dirección política en el país.

"Los surcoreanos están principalmente preocupados por la economía y por cómo llegar a finales de mes, y a los jóvenes les preocupa lo que les cuesta estudiar y los puestos de trabajo", dice Lee Hae Chan, diputado del Partido Democrático Unido (DUP por sus siglas originales). "Esos son los problemas en los que nos centraremos durante las elecciones presidenciales".

"La actual Administración ha dado a las grandes empresas una enorme reducción de impuestos, pero ese dinero se debería de haber invertido en prestaciones sociales y educación", añade.

Lee, ex primer ministro, asegura que la política hacia Corea del Norte también será un factor al decidir la presidencia. "Si la oposición gana, creo que veremos una mejora en las relaciones bilaterales", afirma. "Necesitamos poner fin al planteamiento de 'todo o nada' del presidente y trabajar juntos para solucionar los problemas".

Tanto Saenuri como el DUP, el principal partido de la oposición, se han tomado más tiempo para elegir a sus candidatos presidenciales tras la confusión creada por los ajustados resultados de abril.

Saenuri ha hecho todo lo posible para desvincularse de Lee, y promueve un partido más centrista y orientado hacia las prestaciones sociales bajo la dirección de su presidenta y "reina de las elecciones", Park Geun Hye, hija del ex dictador surcoreano Park Chung Hee.

Si bien todavía tiene que declarar oficialmente su interés en participar en la carrera presidencial, la exitosa gestión de Park de las elecciones a la asamblea nacional parece haberle asegurado su candidatura por Saenuri, afirma Yoon Hee Wong, un veterano analista del Instituto de Opinión Korea Society, con sede en Seúl.

"A los otros candidatos les resultará difícil competir con Park", explica Yoon. "Siempre y cuando no incurra en ningún gran error, el partido la elegirá a ella como candidata presidencial".

Ojalá los partidos de la oposición lo tuviesen tan fácil.

Tras liderar buena parte de la campaña para la asamblea nacional, el DUP perdió votos cruciales al no quitar de su lista de candidatos al comediante Kim Young Min cuando se supo que hace unos años hizo comentarios vulgares sobre unos ancianos en un programa de radio por internet.

El partido también está bajo presión para poner fin a su alianza electoral con el más pequeño Partido Progresista Unido, actualmente implicado en un escándalo de compra de votos.

Moon Jae In, ex jefe de gabinete del presidente Roh Moo Hyun, y el gobernador provincial Kim Do Kwan son dos de los nombres que se barajan como posibles candidatos del DUP. Pero puede que no le resulten suficientemente atractivos al electorado, según Yoon.

La mejor oportunidad de la oposición de combatir la supuesta candidatura de Park Geun Hye podría llegar de la mano de Ahn Cheol Soo, un empresario convertido en académico que se ha erigido como el gran defensor de los desposeídos y los desencantados de Corea del Sur.

"Ahn es el único candidato independiente posible sobre el que vale la pena hablar", dice Yoon. "Su apoyo le viene de la gente que piensa que la política tradicional es intrínsecamente injusta, y que los políticos no son de fiar".

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