Rafael Simancas: "La concertada, si es gratuita, no va a tener problemas, fue un invento del PSOE"

Rafael Simancas (1966) nació en Alemania, aunque ha vivido gran parte de su vida en Leganés, desde donde ha logrado ocupar casi todos los cargos posibles en el PSOE madrileño. Ha sido concejal en el Ayuntamiento de Madrid (1995-2003), secretario general del Partido Socialista de Madrid (2000-2007) y portavoz del Grupo Socialista en la Asamblea de Madrid frente a Esperanza Aguirre en su primera legislatura como Presidenta madrileña. Además, Simancas ha ocupado escaño de senador por la Comunidad de Madrid.

En 2003 estuvo a punto de alcanzar la presidencia regional, y durante la pasada legislatura ha sido portavoz de Educación del PSOE en el Congreso.

¿Existen posibilidades reales de que PP, PSOE, Podemos y Cs alcancen un gran pacto de Estado en materia de educación?

No sólo hay que intentar un gran Pacto Educativo a largo plazo, sino que resulta necesario. Debe ser un pacto parlamentario, y también social, institucional, que involucre a las Comunidades Autónomas y a toda la comunidad educativa: alumnos, padres y madres, docentes, directores, etc. Entendemos que debe haber un nuevo marco legislativo que sustituya a la LOMCE.

El Partido Socialista ya logró con la LOE un amplio consenso; se trató de un gran pacto parlamentario del cual sólo el PP no quiso formar parte. Ángel Gabilondo, cuando fue ministro de Educación, intentó sumar al PP, pero la señora Cospedal, por un interés electoral, dio instrucciones para no secundar ese ofrecimiento. Nosotros quisiéramos que todos participaran en ese nuevo consenso.

¿Qué aspectos contendría ese pacto? ¿Y en qué puntos habría más dificultad: asignatura de Religión y escuela laica, idioma vehicular por Comunidades Autónomas, financiación?

Probablemente esos puntos supondrían dificultad para un acuerdo. Con respecto a la financiación, hay que tener en cuenta que el PP ha bajado la inversión en educación del 5% del PIB al 4% y ahora ha remitido a Bruselas una previsión del 3,76 por ciento. Nosotros queremos revertir esa situación, para situarnos otra vez en la media de los países de nuestro entorno y destinar el 7% del PIB. Sobre la religión, y desde el completo respeto a todas las creencias, apostamos por una escuela laica, de manera que el hecho religioso se estudie, pero dentro de las asignaturas de Ciencias Sociales. Entendemos que el adoctrinamiento religioso debe quedar fuera de la escuela.

¿Y respecto al modelo de enseñanza concertada o la libertad de enseñanza?

Es llamativo eso que el PP denomina “libertad educativa”, y que se expresa en su modelo de distrito único. Según ellos, eso garantiza que los padres pueden elegir centro para sus hijos. Cuando en realidad sucede al revés; eso acaba facilitando que sean los colegios los que eligen a los niños que admiten.

Por el contrario, nosotros proponemos un modelo en que cada barrio pueda tener colegios de la máxima calidad y públicos que estén al alcance de todas las familias. En lo referente a la educación concertada, si cumple con las normas y garantiza la gratuidad —porque los centros están sostenidos con fondos públicos—, no debe haber problema alguno (la realidad es que si les cortan financiación sí que las tendrían porque lo que no dice Simancas es que profesores y alumnos de la concertada cuestan menos que la pública pero también necesitan ayudas). De hecho, la escuela concertada fue un invento del Partido Socialista, para poder universalizar la enseñanza gratuita en aquellas circunstancias en que no era posible (cierto, no tanto como un invento, pero sí que una ley del PSOE de 1985 la extendió) . Eso sí: para nosotros, la garantía de equidad y calidad están en la escuela pública.

La CCAA de Madrid ha implantado un sistema bilingüe español-inglés. Cs propone también un sistema bilingüe inglés-castellano (que sería trilingüe en las CCAA con lengua cooficial). ¿Qué opina?

Nuestro propósito es solucionar problemas, no crear problemas. Así que no vamos enmendar el marco de inmersión lingüística de las CCAA con lengua cooficial. Creemos que funciona y que cuentan con amplio respaldo y consenso. Dicho esto, sí que creemos que en la escuela deben aprenderse dos o tres idiomas si fuera preciso, pero no avalamos el modelo de la Comunidad de Madrid. Porque el modelo de la Comunidad de Madrid devalúa la calidad; al final los niños acaban sin saber inglés, ni matemáticas, ni geografía.

¿Cuáles serían el reto esenciales del sistema docente español?

Los socialistas entendemos que nuestro personal docente necesita un estatuto profesional, que debe ser global, dialogado, negociado: un “MIR educativo” que pueda abarcar toda la carrera docente. Nosotros apostamos por mejorar la formación inicial y la formación permanente del profesorado, elaborar un diseño de carrera docente con perspectiva profesional. Porque la educación de nuestro país depende de la calidad de nuestros profesores; y debemos cuidarla. En este sentido, no compartimos ningún análisis negativo; al contrario, pensamos que tenemos buenos docentes, pero pueden mejorar aún más. Y durante estos años de gobierno del PP se ha descuidado la formación de los docentes.

¿Pude comentar algunas otras propuestas principales o más diferenciadoras del programa socialista?

Nuestra pretensión es universalizar la enseñanza de los 0 a los 18 años, incorporando tramos que ahora no están incluidos, como de 0 a 3 años, para todas aquellas familias que lo necesiten o deseen. También queremos derogar muchos de los aspectos más inaceptables de la LOMCE, como la segregación de itinerarios [4º de ESO] y las reválidas [6º de Primaria]. Además proponemos incorporar 200.000 nuevas plazas de Formación Profesional, así como recuperar las becas en tanto que un derecho objetivo.

¿Eso significa que las becas no irían relacionadas con el expediente académico?

Desde el Partido Socialista entendemos que las becas no deben ser un instrumento para premiar expedientes académicos brillantes, pues ya existen otras fórmulas que de reconocimiento. No, lo que pensamos es que las becas son un vehículo para compensar desigualdades económicas, y para garantizar que nadie se queda fuera por falta de recursos.