Refuerzo policial en estado alemán de Sajonia por temor a altercados racistas

  • Las autoridades alemanas anunciaron el viernes el reforzamiento de la presencia policial en el estado de Sajonia (este), por el temor a nuevos altercados racistas protagonizados por la extrema derecha.

Alemania, que prevé atender 800.000 demandas de asilo en 2015, cuatro veces más que el año precedente, se ha convertido en el primer país de acogida de Europa, en un momento en que el continente europeo vive la llegada masiva de miles de refugiados y emigrantes, la peor crisis de este tipo desde la Segunda Guerra Mundial. Paralelamente, en Alemania han aumentado los actos racistas.

Heidenau, pequeña ciudad de Sajonia, donde policía y militantes de extrema derecha se enfrentaron el pasado fin de semana ante un centro de refugiados, cristaliza los temores a nuevos altercados.

La canciller Angela Merkel fue insultada y abucheada esta semana en esa localidad.

El viernes por la noche, la justicia alemana prohibió la celebración de cualquier manifestación en contra o en favor de la acogida de refugiados en la ciudad, ratificando así la decisión de las autoridades locales, para evitar incidentes.

"El Estado federal ha dado su consentimiento, por vía del ministerio del Interior, para examinar cómo apoyar a la policía (en Sajonia) y va a hacer todo cuanto sea posible" para ayudarlos, aseguró el viernes Merkel.

El ministerio del Interior indicó que se desplegarían refuerzos en esta región durante el fin de semana, pero no pudo dar cifras de efectivos.

Para el tribunal administrativo de Dresde en cambio, esa prohibición "evidentemente ilegal". La corte rechazó los argumentos de las autoridades locales según las cuales la policía regional no tenía suficientes efectivos para garantizar la seguridad en las eventuales protestas.

Pero el sentimiento de impotencia del poder local era evidente. Evocando la "situación de emergencia" que vive la policía, juzgaron que "las fuerzas disponibles no están en disposición de responder a la evolución potencia de la situación", sobre todo en caso de "enfrentamientos violentos".

El movimiento de lucha contra la extrema derecha "Alianza Antinazis" había organizado el viernes una "fiesta de bienvenida a los refugiados" en esta pequeña ciudad de 16.000 habitantes.

La prohibición de manifestarse fue duramente criticada por la clase política pero también por la policía. El copresidente de los Verdes, Cem Özdemir, calificó de inaceptable que "en ciertas regiones de Alemania, en particular en Sajona, la extrema derecha tome la delantera y la policía recule".

El sindicato de policía (GDP) consideró que la prohibición era "una bofetada" a todos "los que se oponen a la propaganda vacía de los agresores de extrema derecha".

En Dresde estaba prevista para el sábado por la tarde una concentración antirracista. Esta ciudad es el bastión del movimiento islamófobo Pegida, que a principios de año logró reunir a 25.000 personas.

El país se enfrenta desde enero a un aumento de la violencia racista y los ataques contra centros de refugiados, si bien, según el ministerio de Interior, se trata de incidentes aislados.

"Claramente existe una tendencia (al alza de incendios voluntarios) observable y visible", reconoció el portavoz ministerial Johannes Dimroth.

"Según las estimaciones de los servicios de seguridad a nivel federal en todo caso, no hay una red estructurada a escala nacional", precisó.

El viernes por la mañana se informó de un nuevo incendio en una antigua escuela situada en Salzhemmendorf (Baja Sajonia, noroeste) que debía acoger a refugiados, aunque no hubo ningún herido.

Tras otro incendio intencionado que destruyó por completo el lunes por la noche un gimnasio de Nauen (Brandemburgo, este), igualmente un futuro centro de acogida de refugiados, las autoridades anunciaron una recompensa de 20.000 euros a quienes dieran indicios sobre los autores.

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