(reportaje) los niños no deben dejar del todo los libros en verano, aunque hayan aprobado todas las asignaturas


Ahora que ha comenzado el mes de agosto y con él llega el ecuador de las vacaciones escolares para los más pequeños, puede surgir la duda de si es conveniente o no que los niños estudien o no durante lo que queda de verano, aunque hayan aprobado todas las asignaturas. Ante este dilema, el doctor en Psicología Valentín Martínez Otero considera que no es conveniente que los menores se alejen del todo de los libros, “porque después cuesta mucho recuperar la rutina”.
Por ello, si durante todo el mes de julio no se ha repasado nada del curso anterior ni se han ojeado los libros que se estrenarán en septiembre, este experto declaró a Servimedia que es conveniente realizar un “acercamiento gradual”, aunque “no sólo se debe aprender con material escolar, sino que también se pueden adquirir conocimientos por medio de otras actividades que no se pueden hacer durante el resto del año, como por ejemplo conocer la historia de un lugar concreto en el que la familia decida pasar unos días de asueto”.
El también profesor de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) aconseja que los padres contribuyan a hacer que los niños aprendan de forma atractiva y eviten la misma rutina que el resto del año. Por tanto, Valentín Martínez considera que la clave está en “buscar una fórmula intermedia entre descanso y repaso de contenidos escolares”.
ALTO NÚMERO DE SUSPENSOS
Mención aparte hay que hacer de los niños que suspenden un elevado número de materias en clase, que hay que distinguir bien de quienes tienen algún suspenso en una asignatura concreta, algo “que casi le puede pasar a cualquiera en un momento determinado”.
A juicio de Martínez, aunque también tienen derecho al descanso y no es necesario ponerse a estudiar al día siguiente de haber terminado el curso, “lo primero que hay que hacer es preguntarse por qué nuestro hijo va mal en clase y establecer un contacto directo con sus profesores y educadores, para diseñar un plan lo más personalizado posible para revertir esa situación”.
Una vez se ha establecido cuál es la razón que está abocando al menor a una situación de fracaso escolar, que puede ser desde falta de motivación del niño hasta un insuficiente apoyo por parte de los padres o un problema de falta de integración en su centro de estudio, Martínez Otero aconseja cumplir el plan diseñado y mantener una constancia que debe ser mayor que la que hay que tener con los chicos que superaron con éxito todas las asignaturas.

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